Mucho se
habló y teorizó sobre el calendario maya y ahora, se concluye que no era “el
fin del mundo” el 21 de diciembre de 2012, sino “el comienzo de una nueva era”.
¿Estamos en una nueva era? ¿Qué se ve y/o se siente diferente? ¿En verdad todos estamos bien? ¿El mundo está bien?
En buena
medida, por eso escribí: “Celebrar que el mundo no acabó para seguir en más de
lo mismo, es acabarlo día a día”.
¿Debe darse en el ser humano un
renacer análogo con el nacimiento de una estrella? Para entender esta pregunta,
veamos cómo Wikipedia define a una estrella:
·
“En un sentido general, puede afirmarse que una estrella
es todo objeto astronómico que brilla con luz propia. En términos más técnicos
y precisos, podría decirse que se trata de una esfera de plasma que mantiene su
forma gracias a un equilibrio de fuerzas denominado equilibrio hidrostático. El
equilibrio se produce esencialmente entre la fuerza de gravedad, que empuja la
materia hacia el centro de la estrella…”.
En pocas
palabras, si una estrella nace de unas nubes de gas, llamadas nebulosas, en un
material se condensa y se une hasta formar la estrella, entonces somos llamados
a hacer de la sumatoria de nuestra vida, la materia prima para renacer. Es así
que, por uno solo tiene control de los actos de uno mismo, comienza la nueva
era de uno mismo y de ahí, se va generando la era análogo a la constelación de
nuevas estrellas.
Para no
caer en teoría repetitiva o demasiado elevada, o un libreto más de autoestima,
me atrevo a plantear lo siguiente: ¿Cuántos pensarán que en su drama personal
es imposible una nueva era, que no vale la pena seguir luchando, que no pueden
hacer la diferencia o que es imposible llegar a donde se proponen llegar?
Voy más allá, partiré de mi drama
personal:
·
Que busco reconocer y honrar los motivos de
gratitud es un hecho, pero que hay motivos de inquietud también es un hecho.
·
Que reconozco en el milagro de vida de mi
madre un testimonio que confirma que siguen ocurriendo milagros en el mundo es
un hecho, pero que aún hay asuntos pendientes también es un hecho.
·
Que doy gracias por el sustento y los
factores positivos que coinciden en el taller laboral es un hecho, pero que no
hay puntos finales y no todo está como debería estar también es un hecho.
·
Que he tomado decisiones correctas es un
hecho, pero que no todas las decisiones que he tomado han sido correctas
también es un hecho.
·
Que pueda haber quien piense que debo
conformarme y no seguir luchando por los motivos que más me motivan es un
hecho, pero que prefiero seguir adelante en pos de vivir y consagrar el
cumplimiento de una promesa también es un hecho (lucha en la que insisto en
tiempos en que es creciente en el país la decepcionante tendencia de no querer
hablar del tema de las promesas y en vez de enfocar en testimonio de
cumplimientos de promesas, se opta por el libreto fácil de que es mejor no
prometer y seguir en más de lo mismo, que prometer y no cumplir).
En fin, todos compartimos la misma realidad humana. Así, cada milagro
que se pueda recordar hoy, tiene que confirmar que NO es imposible ser parte de
nuevos y más milagros. Cada lágrima genuina y pura, debe mover a lograr
comenzar cambios. Cada persona que busca asumir bien su responsabilidad y
agradar a Dios, debe ser motivo de aliento a la acción de bendecir para ser
parte de una cadena de crecimiento integral y sabia edificación. Cada ejemplo
que llegue al pensamiento de voluntad y perseverancia, nos tiene que confirmar
que NO es imposible rescatar el verdadero amor con poder que es capaz de mucho
por la fuerza que viene de adentro.
NO se
trata de religión y apariencia, sino de relación y esencia con lo supremo y
trascendente. Que el factor común pueda ser la prudencia y un nuevo nivel de
conciencia, en que los nuevos días a partir de hoy, no sean de un más de lo
mismo que nada bueno aporta, sino de una Revolución Diaria que desde cada vida
y su drama, vaya forjando los trazos de perfeccionamiento en el gran cuadro de
la creación.
¿Estamos en una nueva era? ¿Somos capaces de dar gracias por lo logrado, perseverar
humilde y valientemente con un amor real y fe bien fundada por lo aún no
logrado, y de la acción de mutua bendición para edificar, hacer patria y
derribar muros de indiferencia, ignorancia, violencia, soberbia y envidia? Dios
ilumine a todos.
--Gerardo L. Berríos Martínez
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