En
1897 se estableció un sistema autonómico en Puerto Rico. Fue un buen adelanto
que incluyó una amplia autonomía municipal; pero lamentablemente fue una
justicia tardía tras demasiado tiempo de abusos por parte del régimen español.
Así, la invasión norteamericana ocurrida en 1898, tuvo aceptación por el
pueblo.
No
fue la aceptación por parte de un pueblo sumiso, sino la perspectiva de un
pueblo grande que buscaba reales conquistas en libertad integral y democracia
participativa. La Ley Jones-Shafroth fue firmada por el presidente de los Estados
Unidos, Woodrow Wilson, el 2 de marzo de 1917. Esta Ley le concedió la ciudadanía
americana a los puertorriqueños, pero no fue solo eso.
La
Ley Jones que hizo realidad importantes reformas, fue fruto de esfuerzos en
Washington de líderes del calibre de Luis Muñoz Rivera. Tratar de estigmatizar
esa gesta como una “imposición” para negar una historia aleccionadora, es
engañar y rechazar al verdadero patriotismo. La Ley Jones separó las ramas
ejecutiva, judicial, y legislativa del Gobierno de Puerto Rico, concedió
derechos civiles, y creó una legislatura bicameral a ser electa por el pueblo. Nótese
que contrario a lo vivido con el régimen español, con el sistema norteamericano
fue más factible lograr progresos en un lapso de pocos años.
Interpretaciones
sobre la historia y sus hechos habrá muchas, pero los hechos históricos son
concretos. Fueron reformas grandes y positivas; y ciertamente es muy bueno
analizar esa conquista del pasado para atesorar más los logros en el sistema
democrático-constitucional vigente, y comprender mejor las rutas en este mundo.
El
tema del status político de Puerto Rico sigue vivo y la ciudadanía americana
sigue siendo excelente conquista y fuente de derechos y libertades. Perfeccionar
la unión de Puerto Rico con Estados Unidos es una buena meta y el centenario de
la ciudadanía americana en la Isla confirma que el mejor destino es de
crecimiento.
Información:
No hay comentarios:
Publicar un comentario