En
Mateo 25:37-40 el mensaje es claro y directo: La salvación es por buenas obras
y no solo por fe, siembras financieras o canciones de adoración y alabanza.
·
“Entonces el Rey dirá a
los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para
vosotros desde la fundación del mundo.
Porque tuve hambre, y
me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me
recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la
cárcel, y vinisteis a mí.
Entonces los justos le
responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o
sediento, y te dimos de beber?
¿Y cuándo te vimos
forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?
¿O cuándo te vimos
enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?
Y respondiendo el Rey,
les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis
hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
Entonces dirá también a
los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para
el diablo y sus ángeles.
Porque tuve hambre, y
no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no
me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y
no me visitasteis.
Entonces también ellos
le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento,
forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?
Entonces les responderá
diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más
pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, y los
justos a la vida eterna”.
--Mateo 25:34-46
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