miércoles, 1 de marzo de 2017

El extremismo destructivo no es reflejo de la identidad puertorriqueña.

Ante quienes se aprovechan de cualquier tema o situación para dar rienda al odio y a la búsqueda de imponer lo que no son capaces de lograr en la ruta pacífica y democrática de convencer y construir, proceden unas preguntas de razonamiento lógico:

·         ¿Qué dirían y harían si se vandalizan los símbolos que ven como patrios y heroicos?

·         ¿Estarían dispuestos a quemar los cheques de ayudas estudiantiles y de asistencia social y nutricional?

·         ¿Comprenderán que la ruta armada y violenta no es aplicable a Puerto Rico y nada bueno aporta en tiempos en que más solidaridad se necesita?

Objetivamente: Vivimos en tiempos atípicos con una Junta de Control Fiscal y ante la presentación de un plan fiscal. La realidad de la Junta surgió por una deuda causada por malas prácticas administrativas, no por el status político o el vigente sistema democrático constitucional. El extremismo destructivo y los estilos de confrontación y polarización nada bueno aportan. Lo que se necesita no es vandalismo, sino patriotismo; el patriotismo que hace del país una gran casa y familia, en que divididos no se progresa.  

El verdadero patriotismo es respeto, tolerancia y buscar soluciones salomónicas. Por ende, se necesita superar el cainismo y que el plan fiscal presentado por el Gobernador de Puerto Rico funcione bien para que la crisis no se agrave, restaurar al país, y para que toda decisión futura de status, sea en la base de la plena estabilidad que perfeccione la unión de Puerto Rico con Estados Unidos.    

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