viernes, 6 de enero de 2012

¡También hay Reinas!

Hoy 6 de enero de 2012, Día de Reyes, es más que justo y correcto recordar y reconocer que ¡también hay Reinas!



En el 2012, se cumplen 10 años de cuando la gran dama y ser humano con dones, belleza inenarrable, energía, llamado único y presencia sin igual con el nombre artístico de Melina León, fue exaltada como “la Reina de la Bahía” tras su exitosa presentación en el Festival Internacional de la Bahía en San Juan.



En la página 30 del periódico “Primera Hora” del 31 de julio de 2002, me publicaron un texto sobre el tema. Estuve presente y en verdad fue una presentación de Melina, apoyada por su equipo, fans, y sobre todo por el Creador- excelente en todos los sentidos. Hubo brillo, energía y originalidad, y siempre recuerdo cómo todas las voces se unieron a la perfección para cantarle feliz cumpleaños.



Ahora más que nunca sigue siendo Melina León, Reina. El título es mayor por su trascendencia y la exaltación del Corazón de Mujer. Desde esa perspectiva, veo propio reconocer a todas las damas que dignifican y ennoblecen. ¡Son Reinas!



Es Reina mi madre, que ha dado todo en la familia con fe y entrega; en el rol de primera maestra en el hogar y el nivel de consagración que ilumina todo un mundo. Es Reina por su milagro de nueva vida.



Es Reina mi hermana, que más allá de nuestras costas, con valor y firmeza ha sabido levantar una familia; como muestra de que de una gran mujer que es nuestra madre, heredó mucho.



Es Reina Melina, que tanto inspira y es la dama y cantante cristiana que más admiro.



Es Reina la mujer que ora de verdad y fructifica en la obra humana y social que cumple la real doctrina cristiana; bendice y suma a todo lo que forma un hogar, la vital esencia de visión consagrada que da vida a la vida.



Es Reina la hija que sensibiliza en todo hogar; siendo más grande la luz aleccionadora en los hogares en que el padre esperaba y deseaba a un niño, y llega la niña que llena.



Es Reina la mujer que asume roles de cuido de enfermos y de bálsamo restaurador ante las crisis familiares; asumiendo las mayores responsabilidades que muchos no ven, pero el Altísimo sí lo ve, reconoce, valora y premia.



Es Reina la mujer maltratada que supera las heridas y desarrolla la fuerza y empuje que tanto puede y ante lo que palidece todo lo demás.



Es Reina la madre soltera que abre caminos, supera la soledad y nutre a los suyos de un constructivo sentido maternal que rompe moldes y estereotipos.



Es Reina la mujer líder y trabajadora que sobresale con excelencia y productividad y ante los posibilidades de los nuevos tiempos, lleva a establecer: Si nos encaminamos a un nuevo mundo, ¡qué mejor que el corazón de mujer para inspirarlo y forjarlo!



¡También hay Reinas! ¡Son Reinas que vivifican la fe! ¡Son Reinas que redefinen y perfeccionan la belleza! ¡Saludos y Bendiciones a las Reinas!


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