domingo, 1 de enero de 2012

¡Llegó el 2012! Somos llamados…

¿Estamos comenzando un nuevo año o evolucionando? Veamos:



¿Cuántos se suman a la expresión de que se siente que está pasando el tiempo más rápido? Aunque si veo el reloj cada minuto tiene 60 segundos, reconozco que va en aumento esa sensación de que el reloj avanza más rápido.

                    

Decidí buscar un poco en internet y una explicación científica está en la teoría de Schumann. En los términos más breves, dice:



“La Resonancia de la Tierra (Resonancia Schumann) ha sido de 7.8 hertzios/segundo por miles de años. Desde 1980 se ha elevado hasta 12 Hz. Esto significa que 16 horas equivalen ahora a un día de 24 horas. ¡El tiempo se esta acelerando!”.



Otro detalle es el siguiente:



“PUNTO CERO Y RESONANCIA DE SCHUMANN

Si la Tierra detiene su rotación y la frecuencia de resonancia alcanza los 13 ciclos, estaríamos en el campo magnético del punto cero o 13 de la escala de Schumann que tiene como valores de medición el número 1 como un campo magnético muy alto y el 13 como un campo magnético muy bajo. Un campo muy bajo es igual al que había en la Palestina cuando vivió Jesús. La Tierra se detendría y en dos o tres días comenzaría a girar nuevamente en la dirección opuesta. Esto produciría una reversión en los campos magnéticos alrededor de la tierra”.



En lo optimista, se va dejando de hablar de “fin del mundo” para abrazar el concepto de “evolución”. ¡Una nueva conciencia hace un nuevo mundo!



Si vemos la Biblia, en San Mateo 24:22 dice: “Y si aquellos días no fueran acortados, nadie sería salvo; pero por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados”.



No todo se puede ver en forma literal en los relatos y enseñanzas del Sagrado Libro; veo que no se trata de palabras para fomentar el terror, sino para alentar la esperanza. No contradice lo que dice Jesús en San Juan 10:10 de que vino para que tengamos “vida en abundancia”, sino que se alienta la fe, el amor y la sabia perseverancia.



No obstante, la evolución individual no se logra a plenitud si se insiste en la terquedad en más de lo mismo. La importancia del crecimiento individual es que la suma de muchos siendo edificados cada uno en su propio rol, hace un gran nosotros. Así:



          Somos llamados a evolucionar de verdad.



          Somos llamados a buscar más de Dios, no por el temor a un final, sino por la consagración del nuevo yo para el nuevo y mejor nosotros.



          Somos llamados a vivir el cristianismo; lo que no se logra con rituales o apariencias, sino en la vida digna, el buen servicio y la obra social.



          Somos llamados a fomentar la igualdad humana.



          Somos llamados a vivificar la fe y el amor mediante la capacidad de cumplir con visión, valor y honor.



En resumen, la ciencia plantea que el fin de la Tierra se daría al morir el Sol, pero incluso ante eso han surgido nuevas teorías de que la Tierra puede sobrevivir. La realidad es que existe el ciclo normal de nacer, vivir y morir.



Se ha contemplado que para ese futuro, la salvación del género humano estaría en otro planeta habitable. No es imposible que la tecnología llegue a poder realizar eso, pero no entraré en ese punto para no desviarme del tema.



Se estima que todavía le quedan millones de años de vida al Sol, pero el mayor entendimiento se encuentra en que el nuevo mundo surge en cada uno. En consecuencia, no es cuestión de ver como sin sentido el nacer para morir, sino de ver los llamados y posibilidades del vivir para evolucionar.



No vi los resúmenes del año que pasó y no creo en eso de “rituales” para comenzar un nuevo año. Sí creo en enfocarse en el Señor como punto de partida, lo que debe ocurrir en cada despertar y no solo en el instante en que el reloj marcó las 12.



Ante lo no logrado, no nos rindamos. Ante las realidades que no son el escenario ideal y los retos, no nos rindamos. Ante los asuntos pendientes, ¡sigamos adelante!



Se fomenta la acción de gracias a Dios por ser justo y bueno, no para escapar de lo que hay que enfrentar. Busquemos ser parte de las soluciones. No pongamos la cabeza bajo tierra como el avestruz, ¡levantémonos como el águila con la capacidad para alcanzar alturas sin precedentes, mirar directo al sol y renovarse con más fuerza y admirable presencia! ¡Ahora es que vamos!



Vuelvo a las preguntas: ¿Estamos terminando un año, comenzando un nuevo año o evolucionando? ¿Cuántos se suman a la expresión de que se siente que está pasando el tiempo más rápido? ¡Aprendamos a no desperdiciar el tiempo! Somos llamados a ser sembradores y constructores.



No todos estuvieron en la tradicional estampa familiar al darse las 12. Hay familias distanciadas (mayormente por la emigración forzada por la crisis económica); hay quienes están en el hospital; hay quienes la pobreza les azota (no funciona el culto a la pobreza para tratar de justificar indiferencia y desigualdades); hay quienes han perdido demasiado; hay quienes están en soledad (aún en casos en que estén rodeados por muchas personas); hay quienes buscan respuestas; hay quienes sufren; hay víctimas de la violencia y tantos otros males; hay ejemplos de iniciativa y voluntad ante la adversidad; en fin; hay de todo y notables contrastes.



¡Que se ponga fin a la vacía expresión de ‘felicidades” sin conciencia, sino con apariencia! ¡Que se desarrolle un nuevo idioma para transmitir los buenos deseos, en que de verdad hable la nueva conciencia y el sincero corazón que hacen la diferencia que se vive y da luz potenciadora! Pienso que la mejor música para desear lo mejor ante un nuevo año y más, es la del gran alma y ser humano con dones, belleza inenarrable, energía, llamado único y presencia sin igual con el nombre artístico de Melina León. He escrito que “música cristiana” no es sólo lo que se cataloga dentro de un género, sino lo que lleva algo de Dios con fuerza de edificación, por lo que ciertamente Melina es la dama y cantante cristiana que más admiro. He establecido:



“Cada día de vida es gran día para redescubrir precisamente en el Corazón de Mujer (en todo rol en que se desempeña), todo lo grande, transformado y sublime que Dios quiere para el mejor desarrollo de la humanidad entera. Cada alma que lea estas palabras pensará en mujeres con particular distinción y mujeres que desde el infinito siguen inspirando por su ejemplo; Todos podremos coincidir en que con el Corazón de Mujer se hace patria”.



Así, les recuerdo lo siguiente:



“Cuando la tierra prometida parece más distante, renunciar no debe ser opción. No se trata de alentar una fijación o un desorden, sino de contemplar que tiene que tener poder real lo que se dice de que lo imposible para el hombre es posible para Dios. Se trata de lo que paso a paso, venciendo retos y afirmando la razón de ser de la visión consagrada y/o del solemne pacto (promesa), supere la prueba del tiempo por todo lo que es más. Así, me enfoco en el sueño que me toca y asumo responsabilidades.  

Se dice que es mejor no prometer que no cumplir, pero mucho mejor es enfatizar en los testimonios de cumplimientos de promesas; armonizando lo espiritual que no enajena y lo material que no es vanidad. Perseverar es cuestión de fe, amor, valor, obra, visión y honor. Así, persevero…”.



En la medida que somos llamados a hacer un mundo mejor, al ser el cambio inevitable parte de la creación, busquemos su perfección en el proceso de evolución. En el episodio de la serie clásica de “Star Trek”, titulado “Mirror, Mirror”, se da la expresión de que “el futuro es siempre una interrogante”. Si nos encaminamos a un nuevo mundo, ¡qué mejor que el corazón de mujer para inspirarlo y forjarlo! Que el año electoral no desvíe la mirada de lo importante. Que campañas, discursos y predicaciones (en las diversas corrientes de pensamientos y creencias) no desvíen de la prudencia para no fundamentar todo en lo falible y ver que cada alma es llamada a honrar al creador desde lo máximo posible en su vocación. Dios ilumine  a todos en el 2012 y más allá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario