sábado, 7 de abril de 2012

¡Por un nuevo sentido y compromiso de vida!

Ayer 6 de abril de 2012, Viernes Santo, fue día de doble bendición: En la mañana, una reconfortante vivencia y excelente mensaje en la Iglesia Nuevo Testamento de Ponce (obra ubicada en la Ave. Hostos de la Ciudad Señorial y pastoreada por los pastores Susana y Carlos Camacho). En la noche, gracias a la tecnología de internet, puede escuchar las canciones y el ungido mensaje del pastor Camacho en la Iglesia la Senda Antigua (obra pastoreada por la apóstol Wanda Rolón).

                                                                                                           
El pastor Camacho estableció que contra Jesús, ocurrió el peor crimen de la humanidad por ignorancia. Es cierto que el religioso no se da cuenta de cuando se manifiesta el Reino. La gran pregunta es: ¿Cuántos hoy no reconocen a Jesús? Afirmó el pastor Camacho: “Jesús no responde violencia con violencia, responde con perdón”. La gran conclusión fue: “Nunca es tarde para reconocer a Jesús como nuestro Señor y Salvador”.



Reconocemos a Jesucristo en lo que creemos, vivimos y transmitimos; en la medida que buscamos superarnos a nosotros mismos para dar nuevas dimensiones a los sueños, propósitos y realizaciones, y aportar un testimonio edificante.



Que hay motivos de gratitud en mi vida, no lo niego. Que hay también inquietudes legítimas y serios asuntos pendientes, tampoco lo niego. Pido a Dios que no se haya vivido una Semana Santa más, sino un tiempo que acentúe el propósito de que cada día de vida sea efectivamente santo. Ser “cristiano” es ser creyente; lo que infunde una naturaleza revolucionaria al palpitar, al ver, creer, pensar y hacer.



Así, todos los caminos conducen mañana a la gran celebración del Domingo de Resurrección. En mi caso, me encamino a la Iglesia Nuevo Testamento de Ponce. Es gran lugar de congregación, pero por este medio, bendigo a todo lugar en donde se congreguen creyentes en el Señor para que El impere y establezca el rumbo.



En la ruta, doy gracias a Dios por mi familia; y reconozco a asumen grandes responsabilidades con sentido de deber y consagración, y se congregan de verdad, para crecer y fructificar. Demos gracias a Dios en el contexto de un nuevo sentido y compromiso de vida. Dios ilumine a todos.

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