lunes, 9 de abril de 2012

Seamos sinceros…

Seamos sinceros: El programa de televisión local en Puerto Rico de mayor audiencia según los estudios que se dan a conocer, es “Super X-clusivo”. No sé si son más los que ven otras alternativas vía cable, pero en muchos lugares se ve el programa.



Seamos sinceros: Ese nivel de audiencia se debe a un producto creativo que une muchos talentos en sus diversos detalles de realización.



Seamos sinceros: Ese nivel de audiencia se debe a un excelente trabajo investigativo que permite dar a conocer muchas primicias. El mejor ejemplo de un poder bien empleado es la lucha para que no se olvide y se esclarezca el caso del niño Lorenzo.



Sin embargo, hoy lunes 9 de abril de 2012, al día siguiente de Domingo de Ramos, como el balde de agua fría de volver a unas realidades luego de la Semana Mayor, nuevamente se dio rienda suelta en el programa a la línea y agenda de ataque a la gran dama con dones, energía, llamado, belleza inenarrable y presencia sin igual con el nombre artístico de Melina León.



La forma en que se insiste en una misma línea, puede llevar a pensar que es fruto del amiguismo. Por primera vez, con dignidad, valor y sin miedo, rompo el silencio ante ese programa, ya que no abona al buen entretenimiento ni a la mejor calidad de vida, la manía de no quitar el guante de la cara en forma selectiva y en donde no procede.



Algo que he aprendido, es que es mejor orar bien por las personas que hablar mal de las personas. Quien considere que alguien está en la ruta equivocada, debe buscar los estilos, medios y mensajes para abonar a una más sabia decisión.



Más allá de si hay o no hay el espacio para dar consejo, la verdadera oración que se da en el lugar secreto, en donde nadie se engaña a sí mismo, solo ante la conciencia de uno y el Señor, puede mucho e ilumina el entendimiento para que las palabras, los medios y las acciones sean guiados por el Altísimo. En el caso de Melina, procede más orar por los testimonios de sanidad interior y crecimiento integral que trascienden la lógica pequeña y los razonamientos tradicionales.



En la medida que se entienda que una gran oportunidad la da el Señor, se debe emplear en forma constructiva. Los estilos de la agenda destructiva o de atribuirse el poder de juzgar y dictar pautas, no son superiores que el “pecado” que se aparenta combatir. Quien cae en eso, genera indignación y al mismo tiempo, da lástima.



Todos compartimos la misma naturaleza humana, por lo que el llamado a ser humildes y dar mayores dimensiones a los sueños, deseos, propósitos y esfuerzos, es para todos. Duras son las batallas al buscar perseverar en lo correcto, ya que Jesucristo mismo fue perseguido; pero tiene que haber justicia.



La realidad es que nadie está en el mundo exento de pruebas ni de la Ley de Siembra y Cosecha. De hecho, en parte escribí en “Facebook”:



“¡Cuántos hemos enfrentado -y enfrentamos- robos, ataques, injusticias, dolores y traiciones! En San Juan 14:1-14, Jesús enseña a creer, obrar y pedir en el nombre de Él; en San Juan 15:18-27, el Príncipe de Paz advirtió sobre la persecución y que El es el primero en enfrentarla. En San Juan 16:33 dice: ‘En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo’. Jesucristo enaltece la fe que puede mucho, la humildad que es valor y la dignidad que es capacidad de orden, respeto y servicio. Bendigo a todo cristiano que busca vivir eso para fructificar, esté en donde esté, sea evangélico, católico, protestante, pentecostal o esté en busca del lugar de congregación. Nos une y fortalece el proclamar con pura y plena conciencia que Jesucristo es el Señor”.



Lo preocupante para el país es que con una oportunidad mal empleada, se logre influenciar y hasta generar opinión pública. No es de sorprender que sigan en aumento los problemas en el país. Se puede aspirar a más y mejor.



Todavía se sigue esperando que sea lanzada la piedra que pidió Jesús, por quien estuviese libre de pecado. Ahora más que nunca sigo bendiciendo a Melina y la sigo identificando como la cantante cristiana que más admiro. A esa perseverancia, le sumo la exhortación a todos y en especial a quienes tengan presencia en los medios, a buscar más de Dios, no como mera apariencia en ciertas ocasiones, sino como algo real y efectivo. ¡Busquemos ser cristianos de verdad!



Seamos sinceros: Ser “cristiano” no es religión, un género musical o una marca comercial. Ser “cristiano” no es ser perfecto o inmune a lo que afecta al mundo. Ser “cristiano” es ser creyente; lo que infunde una naturaleza revolucionaria al palpitar, al ver, creer, pensar y hacer.

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