martes, 19 de abril de 2016

“The Simpsons” y lo disfuncional.

El 19 de abril de 1987 comenzaron los cortos que dieron origen a la serie de televisión “The Simpsons”. En el 2016 se cumplen 29 años. Hay quienes ven una serie animada para autos y hay quienes ven que se colocan sobre el tapete los temas que se asocian con el término de “familias disfuncionales”. La gran pregunta es: ¿En qué medida quienes más señalan a los demás como parte de “familias disfuncionales”, son en realidad la estaca de lo disfuncional y juzgan desde lo que carecen?

Lo interesante es que a su manera, los Simpsons y otros ahí, tienen sus logros. Dentro de lo irreverente, la crítica social y sin utopías, se señala con humor lo que requiere atención de conciencia, y se permite descubrir que no es imposible alcanzar lo salomónico en los más complejos escenarios. En la vida, lograr encontrar soluciones positivamente es el gran reto ante el cual, se pueden forjar buenos testimonios. .

Ante la realidad humana que todos compartimos de virtudes y defectos, considero que la familia perfecta es aquella que desarrolla vínculos únicos y la capacidad de apoyarse y evolucionar, superar conflictos y crecer desde la nueva conciencia ante las imperfecciones. Se puede aplicar en el mejor sentido, el pensamiento de Santa Teresa de Jesús: “Dios escribe derecho con renglones torcidos”. Adelante en la vida como sabia, heroica y victoriosa causa de amor.

·         “Bart the Daredevil”
En el desfiladero:
Bart: Papá, ¿por qué lo hiciste?
Homero: Hijo, intenté la orden, intenté el castigo, y, ¡Dios me ayude!, hasta intenté razonar contigo. (agarra el monopatin) Y lo único que me queda es saltar el desfiladero yo mismo.
Bart: ¿Tú? ¿Q-que, por qué?
Homero: Porque así aprenderás lo que es ver como un miembro de la familia arriesga su vida absurdamente.
Bart: Pero papá, nunca lo lograrás.
Homero: ¿Crees que no lo sé? (se prepara para lanzarse) Adiós, hijo.
Bart: ¡Espera, papá! ¡No lo hagas! Yo... yo no voy a saltar, nunca.
Homero: (se abrazan) Ay, gracias a Dios. ¡gracias a Dios, gracias a Dios!
Bart: Te quiero, papá.
Homero: Y yo a ti, hijo. ¿Sabes? Creo que nunca he estado tan cerca de ti como estoy aho... (empieza a rodar colina abajo) ¡Ah, ah, AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHH!
Homero: (volando sobre el desfiladero) Voy a lograrlo. ¡Voy a lograrlo! ¡Ah, la gran sensación de mi vida! ¡Soy el rey del mundo! ¡Ah jaja! ¡Aaah jaja! ¡Ah... AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH! (se cae)
Homer: Si eres valiente, educa a mis hijos. (última línea)





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