Ante los actuales sucesos en la política ponceña, tiene vigencia y relevancia el recuerdo de que la muerte de Luis Muñoz Marín en 1980, movió mi atención hacia ese prócer de todas las generaciones y me convenció el mensaje de Rafael Hernández Colón y el PPD en ese tiempo; cuando aún no tenía derecho a votar. Eso es más que un documento de afiliación, es un rumbo de vida.
No es necesario que haga un relato de mi identificación con el PPD. Sí veo que la historia sobre la primera derrota del PPD abonada por el Partido del Pueblo (PP) de Sánchez Vilella en 1968, nos dice que tan pronto Hernández Colón asumió la Presidencia del PPD en 1969, lo primero que hizo fue enmendar el Reglamento y propiciar el retorno de todos los Populares a la Casa Grande.
No hubo recriminaciones ni trabas reglamentarias o anímicas. Por ejemplo, para 1968 el doctor Izquierdo Mora fue candidato a Alcalde de San Juan por el PP, regresó al PPD sin problema o conflicto alguno, llegó a presidir el PPD en San Juan y fue electo Senador por Acumulación por el PPD en 1972. No veamos eso como un pasado lejano, sino como una gran lección de que sin unidad, no se hubiese dado la gran victoria.
La historia y naturaleza del Movimiento Autónomo Ponceño (MAP), como movimiento municipal, es totalmente diferente a la del PP. No obstante, resulta en este momento académico entrar en lo que quiso o pudo representar el MAP, en lo que funcionó o no funcionó de la campaña, en lo que pudo democratizar una buena y real opción municipal. La realidad concreta y directa es que en el 2008, el electorado ponceño no dio el mandato al MAP (como tampoco el electorado de Vieques le dio el mandato a MAVI). Así, se afirmó en el país el sistema bipartidista.
En consecuencia, y porque todo voto hace la diferencia, lo salomónico está en bendecir y apoyar con intelecto maduro al doctor Ramón Torres Morales para que llegue a ser excelente alcalde de todos los ponceños; y facilitar que todos los ponceños puedan unirse y activarse en el PPD sin traba alguna. Quien no dé espacio en su ser a la sabiduría y buen consejo, que se logra en primer lugar desde la oración (que afina la capacidad para separar al grano de la paja), que asuma su responsabilidad. Yo asumo mi responsabilidad a tono con mi llamado, vocación y sueños consagrados. Veo bien las hojas de afiliación para candidatos, pero para el electorado habría que ver cada caso individual, con la conciencia de que a la hora de la verdad, la identificación con una causa es mucho más que un papel, es un rumbo de vida.
De hecho, Muñoz fundó al PPD pidiendo el voto prestado, con el mensaje de que el voto no se da para siempre, sino que se concede un mandato condicionado a los cumplimientos, méritos y desempeños. El lema de “una sola cruz debajo de la Pava”, se justificaba por ideales bien definidos y un equipo excelente. En el PPD el norte no está en los medios, sino en el ser humano hecho a imagen y semejanza de Dios y así se refleja en su insignia.
Porque el PPD tuvo ese origen diferente a todos los demás partidos en la historia de Puerto Rico, sigo viendo en el PPD el mayor potencial de crecimiento. Por eso, no funciona bien traer al PPD los estilos de la izquierda que excluyen y glorifican al estancamiento, y los estilos del republicanismo antiguo que dividen y debilitan la autoestima. Si el PPD ha de ser diferente y mejor por su enfoque en el bienestar humano y la libertad integral (cónsona con la unión permanente de Puerto Rico con los Estados Unidos), grande es la agenda compartida para que así sea.
Muñoz estableció con suma claridad que los partidos políticos y las fórmulas de status político no son ideales en sí mismos, religiones o herencias que obligan; enseñó que son instrumentos para servir al pueblo y a los unificadores y verdaderos ideales humanos. No hay instituciones humanas ni seres humanos perfectos, por lo que a cada cual y a cada generación le toca aportar para que se adelanten las buenas causas en las realidades que todos compartimos (todavía se espera que sea lanzada la primera piedra que pidió Jesús de quien esté libre de pecado).
Así, con toda humildad y sinceridad, veo que seguir en conflictos es como seguir dando vueltas a la noria. Si se desea un cambio en la administración municipal ponceña, éste no será viable con la guerra sin fin. No se adelantará la causa ponceña buscando atacar al Presidente del PPD y candidato a Alcalde por la Pava a toda costa; tampoco se adelantará con trabas a la unidad.
Por las canas que hoy tengo que no tenía en 1980, mi exhortación es al autoexamen constructivo, para obrar con el fin de propiciar en todos los frentes, que en el sistema bipartidista, el PPD vuelva a ser la Casa Grande de todos –de progreso y justicia- como la fundó Muñoz. Sin muchas palabras y teorías, busco dar testimonio de eso en lo que vivo. A la hora de la verdad, lo mejor es buscar ser parte de las soluciones y lo más importante es buscar agradar al Altísimo. Dios ilumine a todos.
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