Ayer domingo (Día del Señor), 9 de octubre de 2011, falleció Ramón “Chin” Cordero Santiago. Hoy lunes se encuentra su cuerpo expuesto en la funeraria Jackie Oliver de Ponce desde las 9:00 am. El entierro será mañana martes en el cementerio Las Mercedes de la Ciudad Señorial a las 12:00 del mediodía. Por su trayectoria y forma de ser, herencia y los detalles que le distinguieron, Chin merece mucho más que un libreto tradicional para cumplir ante su partida hacia la eternidad.
Pude conocer a Chin; en la campaña primarista del 2008 que enalteció los valores y la dignidad, y como secuela de lo que empañó aquel proceso, en una gesta fundadora ponceña para la elección general de ese año que deja lecciones y potencialidades a las generaciones.
Recuerdo y atesoro de Chin su saludo cordial y la forma en que enlazaba sus relatos de crianza, con el deseo de educar con vocación. En verdad deseaba para el Ponce y Puerto Rico de hoy, soluciones a la altura de los nuevos tiempos, sin olvidar la ruta y huella histórica.
Tuvimos puntos de convergencia y divergencia. Probablemente Chin no comprendió a cabalidad todos los motivos de mis decisiones políticas del presente, pero ciertamente las respetó porque coincidimos en buscar dar y hacer todo lo mejor posible desde la más firme convicción de bien. Doy gracias a Dios. Demos gracias a Dios por la semilla sembrada; que sea cultivada y abonada para que los frutos sean a la altura de lo que agrade al Creador.
Unos podrán desear el descanso eterno de Chin con serenidad y sinceridad; otros harán mejor si guardan silencio para no caer en la imagen que empaña y ofende; todos podemos armonizar en el propósito de recordar las palabras y los esfuerzos en pos de una mejor civilización, con el fin de que cada día sea para cada cual en su rol, un taller para adelantar las buenas causas.
No hay que decir que Chin Cordero tuvo razón en todo o que hay realizar tal o cual cosa por él. De hecho, recuerdo que cerca de las elecciones del 2008, este servidor tenía una foto de su difunto hermano, el siempre recordado “león mayor” y alcalde Rafael “Churumba” Cordero, y me dijo Chin que por él (Churumba) lo hacía.
Siempre recordaré la mirada de Chin Cordero en ese instante. Fue una expresión de buen hermano y de hombre consciente (por fe, se ora creyendo en que por Su misericordia infinita y ante las expresiones solidarias, Dios permite el encuentro de las almas de Chin y Churumba). Fue una expresión que enseña a inspirarnos en los forjadores, pero podemos aspirar a más: Podemos perfeccionar esa expresión, afirmando la fe y la perseverancia por el Supremo Origen del amor, el valor, el honor, la verdad y la vida.
Chin Cordero fue un hombre con virtudes y defectos, pero sí supo dar la cátedra de valentía que le eleva al nivel de los grandes de verdad. ¡Aspiremos a ser valientes y humildes, real y consagradamente, para que lo que vivamos sea lo que mejor nos defina; dando vida a la vida! Deseo paz al alma de Ramón “Chin” Cordero Santiago, que se inspiró con puro corazón. Esté con el Señor y haya paz para sus familiares y seres queridos.
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