En momentos en
que se debate sobre la privatización del aeropuerto internacional Luis Muñoz
Marín, procede recordar que en noviembre del 2012, el mensaje de las urnas
castigó al republicanismo, avaló las alianzas y combinó la inconformidad con genuinas
expectativas. El voto fue por un cambio, NO por seguir por una misma ruta.
Luis Muñoz Marín enseñó que se exige obra y ejemplo, y que el voto se
presta cada 4 años, condicionando el renovar un mandato a los desempeños y
cumplimientos. El Partido Popular Democrático triunfó en esa elección
con el pueblo y el Programa de Gobierno “Primero la Gente”, que dice sobre las
“Alianzas Público-Privadas”:
·
“ACCIÓN 11. Reinvertir en nuestra infraestructura de inmediato:
11.3 Aseguraremos que las Alianzas
Público-Privadas encargadas de diversos proyectos de construcción y
rehabilitación de infraestructura se concreten en un marco de estricto respeto
a la ley, sin conflictos de interés y que verdaderamente respondan al mejor
interés del pueblo de Puerto Rico. Dicho esto, respetaremos todas aquellas
alianzas que están en marcha siempre que cumplan con nuestro ordenamiento legal”.
La
privatización no es sinónimo de algo negativo ni equivalente a que lo público
no funciona. La empresa privada ha funcionado bien en diversos ejemplos; en
unos casos en productividad y en otros casos mediante la competencia que
beneficia al consumidor, pero no es algo absoluto y siempre se busca una
validación de justos derechos y procesos. Así, vemos que la privatización no
siempre es la solución y el concepto de “Alianzas Público-Privadas” (que no
creó los empleos proyectados en la pasada administración) debe eliminar el rol
gubernamental de proteger al país.
En el
Programa de Gobierno del PPD, se dice sobre promover puertos y aeropuertos:
·
“ACCIÓN 13. Invertir en nuestras carreteras, puertos y
aeropuertos como complemento al transporte colectivo. Atraer nuevos clientes a
nuestros puertos y aeropuertos, con fines comerciales, turísticos y de
transbordo. Podemos ofrecer servicios de toda índole y promover el uso de
instalaciones como el Aeropuerto Rafael Hernández de Aguadilla para transbordo
de carga y el Aeropuerto International Luis Muñoz Marín para tránsito de
pasajeros. De igual forma, tenemos que repotenciar el olvidado Puerto de las
Américas en Ponce, instalación cuyo futuro discutimos con amplitud en la
sección de Proyectos Estratégicos”.
Específicamente
sobre el aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín, se dice en el Programa de
Gobierno Popular:
·
“ACCIÓN 46. Optimizar el acceso aéreo.
La primera prioridad para reforzar
el sector turístico será recuperar el acceso aéreo perdido en los pasados cinco
años. En el 2011 y por primera vez desde la década de 1980, el Aeropuerto
Internacional Luis Muñoz Marín recibió menos de 8 millones de pasajeros.
Nuestro Aeropuerto posee ya una infraestructura envidiable en el Caribe, pero
está funcionando a una fracción de su capacidad. Vamos a cabildear para que se
nos permita reabrir también el centro de tránsito internacional, que fue
clausurado en el 2001 por las medidas de seguridad del gobierno federal. Esto
reforzaría nuestro acceso aéreo a América del Sur y Europa y nos permitirá
mercadear nuestra Isla en nuevos destinos”.
Ante el
anterior compromiso, pregunto: ¿Es la privatización del aeropuerto
internacional Luis Muñoz Marín le mejor vía para lograr los propósitos de
progreso para toda la Isla?
El
aeropuerto internacional de Isla Verde, hoy llamado Luis Muñoz Marín, fue
inaugurado en mayo de 1955. El entonces gobernador Muñoz Marín dijo en esa
inauguración: “La creciente riqueza material que esta obra ha de producir la
quiere dedicar el pueblo de Puerto Rico a que sirva de base a dos grandes
valores del espíritu y no al mero incremento de la riqueza en sí: a la
fraternidad del hombre americano y al entendimiento profundo de que la riqueza
es para servirle justicieramente al hombre y no el hombre para servirle sin
plan o finalidad a la riqueza”.
Ante la anterior
cita, pregunto: ¿Es la privatización del aeropuerto internacional Luis Muñoz
Marín le mejor vía para honrar esos valores que edifican a generaciones?
En el
mensaje de estado de 1988, dijo el entonces gobernador Hernández Colón: “La
inversión pública y privada de $137 millones para la expansión y modernización
del aeropuerto Luis Muñoz Marín, es casi el doble de todo lo invertido desde
que se inauguró el aeropuerto. Hemos hecho de San Juan el eje de transportación
del Caribe con 132 mil vuelos anuales y un movimiento de 7 millones de
pasajeros aéreos”.
Ante la anterior
cita, es propio reconocer que diversas administraciones han reconocido la gran
importancia del aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín como patrimonio e
indispensable factor de nuestro desarrollo por ser Puerto Rico una isla, y pregunto:
¿Es la privatización del aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín le mejor vía
para no perder lo invertido y pasara ser cautivos de intereses particulares?
La
privatización es una alternativa válida, pero no es una varita mágica que
resuelve todo, ya que en el sector privado también hay fallas, irregularidades e
injusticias. Es un hecho que habrá quien se oponga a toda privatización por
ideas de status político, pero se puede coincidir en proteger nuestros
patrimonios, ya que en EEUU y otros países se promueve lo patrio. Cuando lo
lógico no impera, ¿quién se beneficia de lo ilógico?; esa es la pregunta. Se
necesita el nivel de liderazgo que explique y oriente; que el país sepa que hay
rumbo correcto y una sabia dirección que va con la verdad.
¿Se encuentra
la Isla en una ruta irreversible de privatización? Que los remedios no sean
peor que la enfermedad, que los costos sociales no sean mayores y que quienes
tengan poder decisional, no olviden que cada alma siempre debe rendir cuentas
ante el Señor. Por los casos en que se busca revertir lo de privatizar, hay que
tener mucha prudencia. La valentía no está en la ruta fácil, sino en la heroica
y consagrada. Dios ilumine a todos y MUCHO CUIDADO con la opción de la
privatización.
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