lunes, 2 de mayo de 2016

Comenzando el Mes de las Madres...

Mayo es el Mes de las Madres: En Génesis 2:18-25 se presenta la creación de la mujer como la más inspirada obra maestra. No es casualidad, sino causalidad, que sea de la mujer un poder de origen creador y el vital rol maternal. Veo algo del ojo detallista de la mujer, en el relato de inicio de Génesis cuando Dios trae luz y orden a la Tierra. Para mí, el Mes y el Día de las Madres, que debe inspirar en su esencia a todos los días, es: 
                                                                                       
·         Reconocer la presencia de mi madre como milagro de vida. ¡Cuántos necesitan reconocer los testimonios del Lázaro del siglo 21 para redescubrir a un Dios real, vivo y con poder! ¡Cuántas más oraciones de bendición se deben seguir dando para seguir creciendo en todo lo inherente a un milagro así!
                            
·         Reconocer la trayectoria y luchas de mi hermana. ¡Cuántas mujeres necesitan crecer en la conciencia de todo lo que pueden hacer! ¡Cuántas más oraciones de petición se deben seguir dando para que la sabiduría sea la mejor base!
                            
·         Reconocer a Carmen Yulín como genuina líder que con una trayectoria única y las causas que dignifican se ha ganado el respeto y la admiración de todos. Reconocer al alma con dones, talentos, llamado único, energía, belleza inenarrable y presencia sin igual, con el nombre artístico de Melina León. ¡Cuántos deben abrir los ojos y desarrollar una nueva y mejor conciencia ante la luz que exalta al Corazón de Mujer! ¡Cuántas más oraciones de intercesión se deben seguir dando para que Yulín y Melina sean hoy y siempre grandes baluartes en consagrada plenitud de vida, sabiduría integral y testimonio potenciador!

Reconocer a las madres, es ser solidarios tanto con las madres que honran los roles tradicionales, como con las madres que se levantan ante desafíos de enfermedad y adversidad en el hogar, y las madres solteras que tanto forjan en la aparente soledad.

Grandes son las promesas bíblicas para los buenos hijos, buenos esposos y hombres conscientes que respetan y atesoran a las madres, así como para los que cuidan a las viudas. Es cuestión de vivir con amor, valor y honor, a la altura de lo que Dios espera de uno; así se llega al nivel en que es Él en uno.

Reconocer a las madres es reconocer por designio divino a las mujeres; es reconocer todo lo puro que supera las palabras, que se encarna en la mujer. Es tener acción de gracias y al mismo tiempo, dedicar un recuerdo especial a las mujeres y las madres que han partido de este mundo. Es dar motivos de regocijo para dar vida a la vida.

Porque busco fundamentarme en el Señor y no en hombres, veo que Melina León y Carmen Yulín, mi madre y mi hermana, ejemplifican que Dios usa los medios que Él desea para responder y edificar. Que cada cual dedique una oración especial a las mujeres que le inspiran todo lo mejor. ¡EN VERDAD DIOS SE CRECIÓ AL CREAR A LA MUJER! Al celebrar el Mes de las Madres, que haya armonía y consagración en hombres y mujeres para que sea la vida una causa de AMOR.

Sea el Mes y el Día de las Madres, en el año de elegidos, gran momento para orar y perseverar con mayor sentido; para afirmar el amor y el agradecimiento verdaderos, y la visión de almas de pacto con la voluntad de cumplir promesas a Dios para armonizar deseos genuinos con el ser luz a los demás. Sean bendecidas todas las madres en la Isla del Cordero. Adelante en el nombre de Jesucristo.

·         “El amor de madre es el combustible que le permite a un ser humano hacer lo imposible” (Marion C. Garretty).







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