miércoles, 11 de mayo de 2016

Apoyemos a nuestros taxistas y porteadores públicos.

Era de esperarse que generara protestas y controversias la llegada de UBER a Puerto rico. Es algo razonable en tiempos de crisis económica en que más se necesita fomentar la creación de empleos y empresas puertorriqueñas.

Los taxistas y porteadores públicos brindan un gran servicio en la patria entera y tiene que cumplir con rigurosos requisitos. Son profesionales, cumplen con una gran función en transporte, y en Ponce son parte de una tradición señorial. Que la llegada de UBER se convierta en buena coyuntura histórica para:

·         Fomentar la transportación masiva en Puerto Rico. La cultura de forzar el tener vehículo propio y definir el valor de las personas por eso, no funciona. En las proporciones de la Isla, no es un imposible lograr un sistema ejemplar de transportación masiva para cada municipio y para la extensión territorial en su totalidad. Ya existe una infraestructura para construir.

·         Ante el factor de “libre competencia”, fomentar el patrocinio de nuestros taxistas y porteadores públicos es lo sabio y conveniente. No se trata de insularismo, sino de que Puerto Rico se fortalezca ante el mundo y ante sí mismo. Esos sistemas de transportación masiva crean empleos, abonan al desarrollo económico, alivian la congestión vehicular y fomentan más seguridad en el tránsito.

Ante UBER, que la respuesta del pueblo sea apoyar lo nuestro, a nuestra gente, a los que conocemos. Apoyemos a nuestros taxistas y porteadores públicos porque es lo justo y correcto, y porque eso es parte de hacer y consagrar patria.








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