viernes, 10 de marzo de 2017

Ha llegado a mis manos un Gran Libro.

Un gran detalle es que en cualquier lugar, se puede observar el amanecer cada día desde un mismo sitio, y cada amanecer será único e irrepetible. La naturaleza es libre y espontánea; no se confina en moldes y es creativa en sus sublimes detalles.  

Un buen libro es grande por su contenido, más que por su tamaño y número de páginas. Ha llegado a mis manos un Gran Libro: “Versos del alma: Poemario de Jacqueline Maldonado Bula”. Es un proyecto de amor dedicado a su madre. Es poesía libre y genuina, tal como lo mejor del corazón y la creación. Esa alma que habla con versos.

La poesía es más que una recreación o un estilo literario con cierta estética. La poesía que impacta es una poderosa manifestación del ser que toca al lector en forma especial. Así es lo que transmite Jacqueline en su libro; accesible y con final innovador.

La travesía en las inspiradas páginas, no es solo ver unos sentimientos de la escritora, es verse a uno mismo en esa ruta del pensamiento. Para mí, no es solo la mirada introspectiva, es recordar aquellos días en los salones de Ponce High en que Jacqueline se destacaba por su espíritu alegre y sincero, su sensibilidad y humildad, y un admirable esmero en los estudios con libros, escritos, presentaciones y proyectos especiales.   

Los días de escuela eran días dorados en que los sueños impulsaban todo lo mejor del ser, y los entornos de hogar nutrían de estabilidad (aun en momentos nublados). El libro es fiel testimonio de que la esencia de los buenos sueños sigue presente en Jacqueline, ilumina sus realizaciones y es buena inspiración para edificar a generaciones.
Uno de los versos dice:
“Descubrirás que tu grandeza
Es como un grano de arena
en el inmenso mar”.


Gracias a Jacqueline Maldonado Bula por inmortalizar palabras citables y con trascendencia. Que sea el primero de muchos nuevos textos y proyectos. Bendecida en todo y con toda su familia.      



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