martes, 1 de diciembre de 2020

Ante el colapso del radiotelescopio de Arecibo, optemos por ir: Del lamento a la nueva acción solidaria; De la depresión a la nueva edificación.

 


El 11 de septiembre de 2001, cayeron las torres gemelas en Nueva York por el impacto del terrorismo. En el momento de la tragedia, no faltaron repartir culpas, el fatalismo y los estériles e insensibles debates políticos e ideológicos. Ante esa vorágine, hubo un servicio de oración especial en que un pastor habló de que se levantaría la nueva torre.

Lo que en ese momento fue visto con incredulidad, hoy es el magno monumento a las víctimas del vil ataque terrorista. Lo visualizado y expresado, no solo es profecía cumplida; es una cátedra de saber enfocarse en lo constructivo y no dejarse consumir por la ola depresiva, cainista y de impotencia.

El 1 de diciembre de 2020 colapsó el radiotelescopio en Arecido, Puerto Rico. Ocurrió algo tan lamentable en circunstancias muy diferentes a los sucesos del 11 de septiembre de 2001. Sin embargo, existe el paralelo de que nuevamente, no han faltado repartir culpas, el fatalismo y los estériles e insensibles debates políticos e ideológicos. Ante eso, podemos optar por saber enfocar en lo constructivo y no dejarnos consumir por la ola depresiva, cainista y de impotencia.

Las autoridades a cargo del radiotelescopio deberán desarrollar mucha introspección y pensar mucho los próximos pasos a dar. El objetivo debe ser reconstruir y ese objetivo puede unir a todos los sectores del país, a la comunidad científica y estudiosa, y a todo un pueblo en nuestra Isla y más allá de nuestras costas. 

En lugar del ejercicio de ver imposibilidades, debería abrazarse la idea de que se cuenta con la base para construir un nuevo radiotelescopio. Incluso en tiempos de crisis económica y jamaqueos de la naturaleza, no es imposible diseñar y trazar el proyecto del nuevo radiotelescopio. Se puede coordinar con la NASA, la empresa privada y otras organizaciones para hacerlo realidad. Es en la exploración espacial que se encuentra la clave para notables progresos, oportunidades y la verdadera expansión integral que supera las fronteras y las ideas insularistas.

Las circunstancias de un momento dado no son más que los proyectos mayores. Los méritos de los proyectos mayores son más que las controversias innecesarias, las guerras y las ópticas de corto plazo.  En lugar de ver una pérdida o escenarios sin solución alguna, prefiero ver lo siguiente:

Colapsan estructuras, pero siguen los llamados de vida. Que cada obra de restauración, dé el poderoso testimonio de que podemos crecer, levantarnos, forjar y consagrar nuevas realidades. Colapsan estructuras, pero las causas siguen y ahora comienzan los nuevos proyectos. Que el nuevo radiotelescopio a construir, sea emblemático del nuevo Puerto Rico que brille ante el mundo. Adelante...



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