jueves, 30 de diciembre de 2021

La Pandemia, la vacunación, la voluntad de Dios, y más allá...

Con el progreso de la vacunación y los tratamientos, es cada vez más cercano el fin de la Pandemia del Coronavirus. Eso cumpliría con el ciclo natural de que cada siglo, la humanidad enfrenta jamaqueos fuertes y desafíos mayores. 

Reconozco que hay muchas interrogantes, dudas, heroicas luchas en los profesionales de la salud y la ciencia así como en los enfermos y sus familias, choques e intereses sobre el tapete. Por ejemplo, en un mundo imperfecto, las enfermedades y las guerras tienen el efecto de mover las economías. Es un tema propio para un análisis aparte y más detallado.

En este momento, prefiero colocar sobre el tapete dos puntos básicos:

* La Pandemia NO es algo que permitió Dios o parte de la voluntad de Dios. La base bíblica está en que Jesús obró milagros de sanación y multiplicación y NUNCA le dijo a quien recurrió a Él que debía permanecer en el dolor por un propósito divino o por más cercanía con el Altísimo. Otra base bíblica es que Jesús dice en Juan 10:10 que vino para que tengamos vida en abundancia (lo que une la salud, lo material y lo espiritual). 

* En lo racional, todo análisis y teoría apunta a que la Pandemia tubo origen en el hombre y no en lo sobrenatural.

Desde esa base, la lucha contra la Pandemia comenzó con medidas preventivas, como el uso de mascarilla, la limpieza y desinfección, y el distanciamiento social. Con la vacuna, creció la esperanza de vencer al virus, pero la vida, es compleja:

La Organización Mundial de la Salud (OMS) apoya la vacunación contra el Coronavirus, pero no apoya que la vacunación sea obligatoria. Eso que a primera vista parece contradictorio, invita al análisis.

En esta ocasión, no me enfoco en buscar clarificar lo que luce contradictorio, sino en lo siguiente: APOYO el proceso de vacunación, fui vacunado, y no me molesta presentar la tarjeta de vacunación; pero eso NO me da licencia para maltratar y negarle el derecho a expresión y a vivir a quien piense diferente. 

Que NO se tome el tema de la vacuna contra el Coronavirus para dar rienda suelta a otras cosas. Hay factores preocupantes, como los siguientes:

* Dividir en forma arbitraria a la población entre vacunados y no vacunados. En Puerto Rico, que desde antes de la Pandemia del Coronavirus hay violencia y crisis económica, ese nivel de segregación puede agravar problemas. 

* En Puerto Rico, que existe un crónico problema de discrimen por edad, el tema de la tarjeta de vacunación se presta a ignorar condiciones que no permiten la vacunación para justificar excluir y maltratar al anciano. 

* Aunque no estoy de acuerdo con los motivos religiosos y de naturopatía para no vacunarse, hay que estar alertas ante ciertas personas y ciertos grupos que busquen desatar una cacería de brujas en contra de los religiosos y las personas con base de fe. 

* En la limitada extensión territorial de Puerto Rico es notable el clasismo. Que no se manipulen lo de la tarjeta de vacunación y los miedos, para incluir en la exclusión a personas por nivel socioeconómico. Que no se tomen las medidas de seguridad para estilos como "no lo dejo entrar porque no me cae bien", que surgen del alma enferma que necesita sanación.  

* Es inevitable que se inyecte también lo político e ideológico. Hay quienes manipulan lo salubrista para justificar violentarle derechos a opositores. Es una forma de ir creando la mentalidad de extremismo ideológico de que el Estado puede tornarse absolutista, con la idea de que eventualmente pueda prevalecer el régimen que desean imponer. 

Recordemos que en lo general, una vacuna se basa en inyectar al virus en una forma que logra que el cuerpo desarrolle defensas y anticuerpos para derrotarlo. Hay voces respetables en contra del concepto de las vacunas, que fomentan métodos naturales y de alimentación para lograr el fin de desarrollar defensas y anticuerpos. 

En ese sentido, veo que quienes apoyan y quienes no apoyan la vacuna, pueden ponerse de acuerdo en fomentar sanos estilos de vida. Que quede claro que la vacuna no te da una licencia para desenfrenos, y que no vacunarte no te hace inmune o superior. 

Estamos ante un tema complejo que requiere diálogos y consensos. Estoy de acuerdo con la vacuna contra el Coronavirus y exhorto a VACUNARSE porque la ciencia apunta a que es lo más efectivo y la buena batalla por la vida es amar; pero hay que estar alertas ante toda manifestación de corrupción que pueda surgir, a que los gobernantes no se aprovechen para ocultar fallas en sus administraciones, y a que desvíen las medidas de protección hacia medidas peores que la enfermedad. 

Procede reconocer a organizaciones de base de fe y comunitaria, individuos y líderes en diversos roles, gobernantes y países que desarrollan medidas ejemplares. Ante temas globales, procede superar lo ideológico. Procede recordar que Jesús vino para toda la humanidad para sanar y libertar, no para justificar lo opuesto. 

En resumen: La Pandemia tendrá su fin, pero seguirán sus ecos y en este mundo siempre habrá retos y enfermedades; la voluntad de Dios es amor y no masoquismo o manipulación; y la vacuna es una herramienta que debe ser aliada de la visión de crecer como seres humanos y el propósito de hacer una nueva realidad que sea mejor a lo que había antes del virus.

Veo necesario intensificar la oración por armonía, que el Gobierno sea más receptivo ante los diferentes grupos, y que los tribunales generen las soluciones salomonicas. Adelante...

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Información:

La OMS considera que la vacunación obligatoria debe ser el “último recurso”: https://www.google.com.pr/amp/s/gestion.pe/mundo/coronavirus-la-oms-considera-que-la-vacunacion-obligatoria-debe-ser-el-ultimo-recurso-nndc-noticia/%3foutputType=amp


La vacuna contra el COVID-19 no debe ser obligatoria, dice la OMS: https://news.un.org/es/story/2020/12/1485182




La Medalla Milagrosa y los enfermos: https://youtu.be/ZC9Y8eVcWDA

Confianza en la Divina Misericordia: https://youtu.be/10olPcF14f4



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