domingo, 28 de agosto de 2016

El libro que evidencia que el Estado Libre Asociado de Puerto Rico no es colonia, llega cuando más se necesita.

Al momento le escribir estas palabras, se fomenta en diversos foros y por “opinion-makers” decir que Puerto Rico es colonia y estigmatizar en forma negativa a quien dice que Puerto Rico no es colonia. Se pretende adjudicar “intelectualidad” a quien dice que Puerto Rico es colonia y todo lo contrario a quien dice que Puerto Rico no es colonia.   

Me recuerda los relatos históricos del tiempo oscurantista en que se fomentaba decir que la Tierra era plana y estigmatizar en forma negativa a quien decía que la Tierra no era plana. A nada bueno llevaba unirse al coro oscurantista, y a nada bueno lleva hoy unirse al coro que busca desvirtuar los logros del país con la etiqueta de “colonia”. Los coros no siempre tienen razón y seguir una corriente no siempre es correcto.  

Ante ese escenario, el 25 de agosto de 2016 fui a la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico a la presentación el libro “El Estado Libre Asociado de Puerto Rico, lo que es y lo que no es”, escrito por la doctora Neysa Rodríguez. Es justo agradecer a todos los que dieron presente, incluyendo a Rafael Hernández Colón (quien estacó e gran valor del texto). El libro está dividido en tres partes (“Lo que fuimos”, “Lo que somos” y “Lo que podemos ser”); presenta a ruta desde tiempos remotos hasta el presente; y con la evidencia de los documentos y procesos históricos afirma que Puerto Rico no es una colonia ni es un territorio, es un Estado Libre Asociado. No es colonia por la forma en que el pueblo estableció su propio sistema democrático-constitucional, y con soberanía.  

En forma directa y sencilla, con gran estilo didáctico como el mejor salón de clase, el libro expone puntos concretos y clarifica la naturaleza del ELA; naturaleza que no se desvirtúa ni desaparece ante las opiniones de funcionarios de turno y temas como el caso Puerto Rico v. Sánchez-Valle y la Junta de Control Fiscal.    

Recordemos que el Tribunal Supremo de Estados Unidos, tomó una determinación en el caso Puerto Rico v. Sánchez-Valle, en que no revisó la soberanía política de Puerto Rico, se concentró en la cláusula de doble exposición de la Quinta Enmienda (ahí, merecen atención las opiniones disidentes, como hace el libro). La realidad de la Junta de Control Fiscal surgió por una deuda causada por malas prácticas administrativas, no por el ELA. Pretender culpar al ELA por la crisis económica y buscar la destrucción de tan buen sistema democrático-constitucional en base a manipular ese tema, es tan irracional, como si en un hogar se pretendiese demoler la casa propia que tanto requirió levantar y edificar, por las fallas administrativas del jefe o la jefa de familia.

Recomiendo adquirir el libro escrito por la doctora Neysa Rodríguez. Estamos ante un libro que es resultado de un respetable e intenso trabajo, tiene sumo valor historiográfico y para toda persona que desee conocer más sobre el desarrollo constitucional de la Isla es lectura obligada, por lo que se trata de una sabia y más que recomendable inversión. ¡Conocimiento de soluciones salomónicas es poder y libertad!

·         “El hombre que tiene hoy un conocimiento que ayer no tenía es hoy, en ese mismo grado, un hombre más libre de lo que era ayer, porque ignorar es servidumbre y saber es libertad”. --Luis Muñoz Marín

·         “Bajo el convenio del Pueblo de Puerto Rico ejercitando su soberano derecho de libre determinación, otorgó su propia Constitución y estableció un cuerpo político autónomo denominado Estado Libre Asociado en unión permanente con los Estados Unidos basada en el vínculo irreversible de la ciudadanía americana. En 1953 las Naciones Unidas reconocieron la legitimidad y dignidad política del ELA y Puerto Rico fue eliminado de la lista de territorios coloniales. La amplia esfera de gobierno propio del ELA ha sido el medio para que hayamos alcanzado notable progreso y ha permitido preservar nuestra cultura y personalidad de pueblo. Como es el caso de cualquier relación política libremente acordada, el ELA se fundamentó en el sentimiento de que podría evolucionar y desarrollarse dentro de su propia naturaleza”. --Rafael Hernández Colón, 16 de mayo de 1989








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