Hoy estaría celebrando
mi madre, Adela Martínez Cruz (que está en el cielo), su cumpleaños. Es el
segundo cumpleaños sin su presencia física.
Cada recuerdo de esos
cumpleaños con ella, es todo un tesoro y bálsamo. Un buen testimonio con
vigencia y luz para los demás, es que buscar halagarla no se limitaba a un solo
día, en el concepto de hacer de febrero, el Mes de Su Cumpleaños. Ese concepto
es muy necesario y voy más allá: Darle agradecimiento a Mami no se limitaba a un
día o un mes, era para todos los días del año.
Hoy 9 de febrero de 2018,
al recordarla y no descartar la visión tradicional de visualizar que esté en el
Paraíso con mi padre, mi hermano y otros que han partido, veo propio hacer algo
diferente: Afirmar la voluntad de lucha.
¿Qué puedo identificar
como mi mayor sueño en mi actual edad y etapa? Podría reflexionar sobre el
siguiente razonamiento: La tristeza de que no estén mis padres presentes para
gozarse de darse ese milagro en mi vida, podría interpretarse como la pena por
mis pecados y fallas; el júbilo inmenso de darse ese milagro, es el mejor
tributo a ellos por tantos esmeros.
No es momento de entrar
en los detalles de las reflexiones ante un razonamiento de ese nivel. Sí es
momento de plantear dos puntos básicos directamente:
·
Ya es hora de que se pueda hacer realidad
el propósito del mayor Proyecto de Vida basado en hacer algo grande para Dios.
Eso no significa que nada se hará dedicado a Dios en el proceso rumbo a la
meta. Eso significa que la meta va más allá de mí, enfocado en hacer realidad
el consagrado y nuevo nosotros.
·
Ante tantas teorías sobre fe, hacer lo que
a uno le toca y autoestima, ya es hora de que hayan resultados convincentes. No
es necesario hacer un inventario de cada paso de fe y perseverancia que doy.
Procede reconocer con el corazón en la mano, que solo la plena realización de un
cambio del nivel visualizado, me podrá permitir comunicar y testimoniar en la línea
de que es cierto, efectivo y perfecto concepto del “tiempo de Dios”. Es en
esa dinámica que se desarrollan los más magistrales contornos que definen al
amor propio, a la autoestima, la convicción, la entrega y todo lo que nos hace
más que seres con necesidades fisiológicas en este mundo. Al amar y perseverar,
en esa ruta de verdadero heroísmo, podemos orar así:
Señor: Por Tu misericordia infinita, apoya y bendice
la realización de nuevos testimonios en verdad victoriosos en amor y plenitud;
testimonios que den luz a las almas y permitan volver a creer.
Gracias a Dios por mi
madre. Las grandes mujeres son en verdad un regalo de Dios. Mi madre tenía una
voz que daba serenidad ante todo, y una sensibilidad y humildad que le daban
autoridad. ¡Que mucho se necesita hoy ese nivel de cátedra y serenidad que
respeta y no necesita recurrir al grito o al estilo cuestionable! Recordar cómo
me decía “Dios te bendiga”, es uno de los buenos alientos para afirmar la voluntad de lucha.
Mi madre mereció más en
la vida, y al mismo tiempo le dio luz a todo lo que tuvo y alcanzó. Haya gozo
eterno a ella y luz a todos los que seguimos perseverando.
Recientemente, escribí
lo siguiente:
·
“La
flor en el desierto, en el más árido ambiente, no pierde sus esencias
admirables; y para crecer, necesita mucho de la luz del Sol. Los seres humanos
debemos recordar siempre los motivos de fe y gratitud, no perder las virtudes
ante las adversidades y tempestades, y buscar siempre la luz que es lo que
mejor inspira, da trascendencia y perfecciona al proyecto de vida mediante el
verdadero amor.
Crezcamos en las fuerzas de bien y de
buen corazón. En tiempos atípicos y retadores, de convocatoria a restaurar y
edificar, lo más que se necesitan son testimonios de reverdecer y fructificar. Siga
la fuerza de inspiración presente en toda buena creación y efectiva obra
definitoria de bien. Siga el poder del amor presente en la razón de vida y
realización plena. Siga la luz de cada nuevo testimonio en verdad victorioso
como faro”.
Recientemente,
escribí también lo siguiente:
·
“Ahora
más que nunca se necesitan testimonios positivamente revolucionarios de fe con
poder que hace realidad la plena realización. Hay que superar la etapa de las
victorias vacías y la existencia incompleta o trunca. La soledad no es buena y
que no sea un imposible lograr parejas que forjen nuevos y mejores paradigmas.
La plena realización es signo de completo y no de a medias. El mundo necesita
grandes testimonios del pleno desarrollo integral, que dejen atrás el estilo de
fingir alegría mientras se consume en las lágrimas que permanecen adentro. Los
tiempos exigen que se haga realidad el logro completo en lo personal,
espiritual y profesional; el nosotros luminoso que tanto puede y logra”.
Mi madre fue humilde,
pero en las causas mayores no fue conformista. La mejor evidencia está en que
siempre apoyó la educación. Cada vez que me pregunto qué Mami opinaría ante lo
que puedo identificar como mi mayor sueño en mi actual edad y etapa, pienso que
lo bendeciría por sus detalles; hoy, la mejor respuesta está en que los méritos
y validez del sueño son que es grande porque va más allá de mis genuinos
deseos, para ser de bien a la humanidad. Ahora
más que nunca, ADELANTE.
·
“De mi madre aprendí que nunca es tarde,
que siempre se puede empezar de nuevo; ahora mismo le puedes decir basta a los
hábitos que te destruyen, a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de
crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren
dirigir tu vida por el camino perdido”. --Facundo Cabral
·
“El amor de una madre no contempla lo
imposible”. --Charles Paddock
·
“Gracias a la mujer de Puerto Rico.
Gracias a la mujer puertorriqueña porque su esencia es dar. Dar todo lo que
tiene. Dar generosamente. Dar todo lo que tiene a los demás; a sus hijos, a sus
maridos, a sus padres, a sus vecinos, al prójimo. La mujer puertorriqueña da,
porque la mujer puertorriqueña es generosa. La mujer puertorriqueña da, porque
la mujer puertorriqueña es fuerte. Porque no hay fuerza más grande que la del
amor. Porque el amor da fuerza; fuerza para todo, fuerza para luchar”. --Rafael
Hernández Colón
·
“Las grandes obras de la humanidad comienzan como sueños
de hombres que tienen los pies sobre la tierra y firmeza en su voluntad… ¡VAMOS
A LUCHAR!” --Rafael Hernández Colón
·
"Así es la
esperanza, sorprende y abre horizontes, nos hace soñar lo inimaginable, y lo
realiza". --Papa Francisco
·
“La fe y las obras son dos remos que debemos usar
igualmente si hemos de abrirnos camino aguas arriba contra la corriente de la
incredulidad”. --Elena de White
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