Tiene que haber un propósito constructivo de marcar un antes y un después. Así, en el tiempo navideño y más allá:
· No más balas al aire y balas con objetivos definidos; que se logre encaminar un Pacto Social que una a todos los sectores del país en el gran esfuerzo integral del progreso, el freno a la violencia y el logro de la mejor calidad de vida.
· No más clichés y falsedades engañosas; que cada saludo en verdad sea sincero y no por mera apariencia; que las sinceras y correctas oraciones, y las buenas y consagradas obras, vivifiquen la fe con poder.
· No más libretos memorizados sin contenido ni sinceridad; que haya en cada mensaje un real propósito de crecer y ser mejores seres humanos, ya que aparentar algo en un momento dado para luego seguir durante el curso del año en lo mismo que nada bueno aporta, no equivale a celebrar el cumpleaños de Jesucristo, sino a abofetear a Jesucristo.
Tiene que haber un comienzo revolucionario, unificador y edificante, que comience brillantemente en cada persona que descubra el deseo de hacer todo nuevo y diferente. Así, rumbo al año electoral del 2012 y más allá:
· Sí a lo que en verdad fomenta amor y paz; Amor es la palabra de palabras, es lo que resume la ruta y voz del Supremo Maestro, es sentido y rumbo de vida para todos los días. De ahí surge el mejor regalo y abrazo a Jesucristo.
· Sí a los mejores talentos, en las diversas áreas del quehacer humano. Que se bendiga en el más puro término, a toda alma que genere admiración e inspiración, para que siempre honre y glorifique la obra iniciada por el Supremo Creador; obra inherente a retos, grandes responsabilidades y los mayores motivos de gozo desde el buen cumplimiento. En mi caso, veo que “música cristiana” no es sólo lo que se cataloga dentro de un género, sino lo que lleva algo de Dios con fuerza de edificación, por lo que ciertamente el gran alma con dones, belleza inenarrable, energía, llamado único y presencia sin igual con el nombre artístico de Melina León es la dama y cantante cristiana que más admiro.
· Sí a tocar en forma salomónica los temas de los que no se quiere hablar, para lograr nuevos y mejores resultados. Por ejemplo, que se toque el tema de fundamentar grandes peticiones y planes en cumplir grandes promesas a Dios. Se crece en el caminar, se ve mejor desde el orar y se vive mejor desde el amar. Hacer el bien con sabiduría nos define mejor. Somos llamados a la consagración que es fe en acción. De perseverar con amor, fe, valor, visión y honor se trata la vida.
No extenderé demasiado este texto, no me haré eco de manipulaciones y NO repetiré las palabras tradicionales que ya no funcionan. A quien me honra con leer este texto, le planteo lo siguiente: ¿Qué más colocaría en la lista del “No más” y que más colocaría en la lista del “Sí”?
Cada cual que se responda a sí mismo, ante su conciencia y ante el Señor. Sí veo que podemos coincidir en que: No procede olvidar en el tiempo navideño (fiesta de cumpleaños de Jesucristo), que El fue humano, dejó grandes enseñanzas de digna vida plena y fue crucificado; y procede recordar cuando llegue la Semana Santa que El resucitó, vive y no hay motivos de lamentos rituales, sino de gozo sabio y valiente.
Es así que mi mejor deseo a quienes lean estas palabras, es que a quienes perseveran en el buen camino, se les multipliquen las bendiciones; y a quienes insisten en la ruta equivocada, que tengan su Damasco. Que lo mejor que defina a uno, sea lo que uno viva en la medida de onda expansiva que inspire e ilumine a incontables almas. Adelante en el nombre de Jesucristo.
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