domingo, 25 de diciembre de 2011

¡Por la solidaridad de verdad!

Anoche, 24 de diciembre de 2011, se cumplió 1 año de cuando la tierra tembló en Puerto Rico. Se necesita mucho más que la trivialidad de relatar lo que se hacía en ese momento en tono de broma.



Se necesita recordar para ver si entendemos, crecemos con fe en obra y valoramos una Noche Buena con vida y la oportunidad de creer, amar y perseverar en pos de forjar una nueva realidad.



Concreta y directamente, veamos algunos ejemplos: ¿Recordamos a los enfermos, sufridos, marginados, menospreciados, desempleados, los golpeados por pérdidas que desean que el año termine ya, las personas en soledad y las víctimas de la violencia y otros males? ¿Entendemos que no solo se les regala a los niños en edad, sino que los regalos que transmiten amor adquieren nuevas formas en cada etapa de vida, siempre con corazón de niño? ¿Oramos teniendo en mente los lugares y almas en donde hoy no hay arbolito y regalos; no en forma de ritual o para estériles debates, sino en forma de buscar ser mejores seres humanos -en todos los sentidos y en toda medida que haga una real diferencia positiva- desde el verdadero cristianismo que se vive?   



No procede adjudicar todo a “señales del fin”, al ser los terremotos y fenómenos atmosféricos parte natural del gran hogar llamado Tierra en el cual todos habitamos.



Tampoco proceden los libretos de más de lo mismo para conformar y manipular que ya no funcionan y no son parte de las soluciones.



Procede fomentar la integral humildad ante la majestuosidad de la creación y las responsabilidades inherentes a hacer patria en donde estemos.



Podemos proponernos, desde lo que se vive que es lo que mejor define a uno, regalarle a Jesucristo una vida guiada por amor y vivida en sabia razón victoriosa; una vida que en cada paso de cambio y progreso para edificar y fructificar, dé testimonio de la realidad que ilumina. ¡Eso es solidaridad de verdad! Dios ilumine a todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario