No repetiré clichés. De todo corazón y conciencia, que en verdad la Ley de Siembra y Cosecha brille con justicia poderosa para quienes creen, aman, obran y perseveran en el bien, y no le falte el Damasco a quienes estén confundidos en la ruta equivocada.
Que haya sabiduría y buena voluntad para colocar sobre el tapete los temas fundamentales, como el de fundamentar grandes planes, sueños y peticiones en cumplir promesas a Dios; ya que de lo que no se quiere hablar es de lo que más hay que hablar. Que no sea un imposible o una utopía el nuevo mundo.
En la medida que somos llamados a hacer un mundo mejor, al ser el cambio inevitable parte de la creación, busquemos su perfección en el proceso de evolución. En el episodio de la serie clásica de “Star Trek”, titulado “Mirror, Mirror”, se da la expresión de que “el futuro es siempre una interrogante”. Si nos encaminamos a un nuevo mundo, porque hay trascendencia en las canciones de Melina León que exaltan lo plasmado por el Creador en las damas que llegan al alma (confirmado en los mejores detalles formativos), ¡qué mejor que el Corazón de Mujer para inspirarlo y forjarlo!
Que el año electoral no desvíe la mirada de lo importante. Que campañas, discursos y predicaciones (en las diversas corrientes de pensamientos y creencias) no desvíen de la prudencia para no fundamentar todo en lo falible y ver que cada alma es llamada a honrar al Creador desde lo máximo posible en su vocación.
Ahora más que nunca, ante mi conciencia y el Señor reafirmo la razón de ser de mis pasos de fe y perseverancia. Que cada cual desarrolle el sentido de pacto que le corresponda. La importancia del crecimiento individual es que la suma de muchos siendo edificados cada uno en su propio rol, hace un gran nosotros. El mayor entendimiento se encuentra en que el nuevo mundo surge en cada uno. En consecuencia, no es cuestión de ver como sin sentido el nacer para morir, sino de ver los llamados y posibilidades del vivir para evolucionar. De perseverar con fe, amor, visión, valor y honor se trata la vida. Dios ilumine a todos en el 2012 y más allá.
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