El historial de derramamiento de sangre en el régimen de
Fidel Castro es un hecho.
En términos políticos, la revolución cubana triunfó
porque nunca fue posible derrocar a ese régimen. En términos humanos, la
revolución cubana fracasó por la sangre derramada y los daños irreparables. El
hecho de que en tiempos más recientes Cuba se haya abierto más hacia Estados
Unidos, el capitalismo y el mundo, confirma que su modelo socioeconómico
centralizado en el Estado fracasó, que el capitalismo es superior a los
extremismos y que se necesita un nuevo nivel de progreso integral con equidad,
libertades y derechos humanos.
Fidel Castro murió el 25 de noviembre de 2016, pero la lucha no ha terminado aún…
Adiós a Fidel. Bienvenida a la nueva conciencia.
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