El 24 de noviembre de 2016, fue Día de Acción de Gracias. ¿Pasó otro Día de
Acción de Gracias y se vuelve a orar y expresar bonitas palabras el año que
viene? No tiene que ser así. Se necesita algo mejor... Se necesita el bien que
crece día a día.
Que se desarrolle una mejor empatía. Que no falte el bálsamo y apoyo a
quien sufre. Que pueda haber genuina felicidad en la existencia. Que haya
humildad en las victorias y fortalezas cuando la ruta se torna empinada. El
primer Día de Acción de Gracias en la historia marcó inicios. Hoy se pueden
marcar inicios de nuevos paradigmas.
La verdadera Acción de Gracias crece día a día, y todos los días. No es mero
ritual o algo distanciado de lo digno, es estilo de vida. No es falsedad o
apariencia. No es arrogancia y se levanta con humildad. Sus lágrimas son como
rocío. Es el heroísmo que afirma lo bueno y lo correcto, reconoce que la fe se
define con buenas obras, no renuncia a los sueños bien fundados y a la
perseverancia que es razón de vida, sabe que consagrar todo es amar, genera
motivos de gratitud y da vida a la vida.
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“Si te caes siete veces, levántate ocho”. --Proverbio
chino
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“La perseverancia es la virtud por la cual todas las
otras virtudes dan su fruto”. --Arturo Graf
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