miércoles, 2 de noviembre de 2016

Reconozco y agradezco la sinceridad de Alexandra Lúgaro, pero…

No he escrito sobre la candidatura independiente de Alexandra Lúgaro a la Gobernación de Puerto Rico porque prefiero enfocarme en los méritos de lo que apoyo en causas y liderazgo. Sin embargo, reconozco los méritos personales de Lúgaro.

Tiene intelecto y es real y admirablemente fotogénica. Su biografía indica que es abogada nacida en 1981. Estudió en la Escuela Secundaria de la Universidad de Puerto Rico y a los 15 años fue admitida al Recinto de Río Piedras de dicha universidad, en donde obtuvo su Bachillerato en Administración de Empresas con Triple concentración en Finanzas, Mercadeo y Economía y posteriormente su Juris Doctor. En el 2014, culminó su Maestría en Derecho Español Vigente y Comparado en la Universidad Complutense de Madrid, y se encamina a completar su Doctorado en Derecho en la línea de investigación de Estructura Actual y Comparada del Ordenamiento Financiero y Tributario: Líneas de Reforma.

En términos de experiencia, ha sido Directora Ejecutiva de las corporaciones América Aponte y Asociados y The Metropolitan New School of America. Objetivamente, son logros profesionales impresionantes que capacitan bien. Sin embargo, la preparación y la experiencia son importantes, pero no lo son todo para gobernar y administrar. Son importantes también las posturas, los estilos, la tolerancia y respeto hacia los demás, la capacidad de presentar buenas propuestas y la calidad del equipo de trabajo.

Hoy, al objetarse que se haya identificado como atea, mi perspectiva es que el ateísmo NO incapacita para administrar, gobernar, unir y restaurar a un país. De hecho, vivimos tiempos atípicos en que demasiado odio e interese particulares han surgido de ciertos líderes religiosos. Es el fanatismo religioso el que más se opone a las enseñanzas de Jesús, al amor y la paz, la equidad, los derechos humanos 

En contraste con los estilos de violencia e intolerancia, agradezco la sinceridad de Lúgaro en temas como el fortalecimiento de la educación pública, la equidad de género, la legalización de la marihuana, y los impuestos a las iglesias. Es respetable lo que ha presentado como postura oficial:
“Lúgaro ha evaluado los presupuestos de las principales agencias, estudiado la compleja situación actual, lo que han hecho países con recursos similares a los nuestros para levantarse, todo con el propósito de desarrollar una plataforma de gobierno seria y coherente. Se ha reunido con expertos de todas las ideologías y disciplinas, gente comprometida con el país que le ha brindado su conocimiento y su experiencia. Viene a trabajar sin ataduras a individuos o a entidades. Sin miedo a tomar las decisiones que hay que tomar para levantar este país; decisiones que estarán basadas en investigación científica y planificación para implementar estrategias en lo que estima deben ser las áreas de prioridad a ser trabajadas: reformas al sistema de gobernanza, educación y desarrollo económico”.

Aunque lo más probable es que ella no sea electa a la Gobernación en el 2016, ya ha hecho historia con suma valentía y creando precedentes (como haber superado el tortuoso trámite de buscar endosos, y no depender de costosísimas campañas) y ojalá que a partir del 2017 logre encaminar bien sus pasos para maximizar sus servicios a la patria. Reconozco y agradezco la sinceridad de Alexandra Lúgaro, pero para gobernar y administrar bien no basta con una sola persona.

Se necesita un equipo de Gobernación, Comisaría Residente en Washington DC, legisladores, alcaldes y legisladores municipales. En la papeleta, cada insignia representa la historia que le dio vida a un partido. También significa que, en esa columna, hay un equipo de candidatos comprometido con la base ideológica de este instrumento de participación democrática llamado “partido político”, y con sus compromisos programáticos (que es el Programa de Gobierno para hacer patria). El status político se atiende en proceso aparte a la elección general

Con toda sinceridad, sigo viendo en el Estado Libre Asociado un gran instrumento innovador para hacer patria, y en la columna del perfil de la puertorriqueñidad y Pan, Tierra, Libertad, una Casa Grande para unificar. Con ese entendimiento, considero que tiene razonable lógica que se necesitan gobernantes con la capacidad de hacer funcionar al ELA como en los tiempos en que la Isla fue vitrina de democracia y progreso, a la altura del siglo 21. Con ese nivel de sinceridad, reitero que el ateísmo NO incapacita para administrar, gobernar, unir y restaurar a un país. Alexandra Lúgaro se proyecta como una gran mujer y es luego de la elección del 2016 que tendrá la oportunidad de comenzar una nueva etapa de patriotismo con sus dones y méritos. Ante todos, se presenta un futuro inédito y un inmenso taller creativo.













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