jueves, 17 de noviembre de 2011

Adelante…

Hay días, y hay días. Cuando la jornada se torna más retadora y mucho se pone a prueba, es cuando más hay que mantenerse firme en lo sabio, correcto y consagrado, y seguir adelante.

Ayer el momento de cenar, fue especial en Metro-Ponce; excelente restaurante ubicado cerca del monumento a la abolición de la esclavitud en la Ciudad Señorial. La ensalada de carrucho fue de ya inenarrable calidad y deleite. Recomiendo tan especial lugar.

Para mí es un oasis, ya que es mucho más que un restaurante, es un proyecto de vida que desde la fe y perseverancia de sus propietarios y el ambiente de familia creciente en todos los sentidos, da testimonio y me alienta aseguir adelante en pos de lograr lo que me permita cumplir mi promesa al Señor.

Cuando la tierra prometida parece más distante, renunciar no debe ser opción. Se dice que es mejor no prometer que no cumplir, pero mucho mejor es enfatizar en los testimonios de cumplimientos de promesas. Perseverar es cuestión de fe, amor, valor, obra, visión y honor. Así, persevero en los motivos de gratitud y conciencia y en la causa de mi promesa. A Dios consagro todo. Dios dé luz…

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