martes, 8 de noviembre de 2011

Recuerdos aleccionadores desde Ponce

Ayer 7 de noviembre de 2011, se cumplieron 38 años del triunfo del PPD en la elección de 1972 (con Rafael Hernández Colón como líder máximo y nace del lema “Fuego Popular”). Fue vital en la victoria, la unificación de generaciones, la activación de buenas ideas y la innovación.
                               
Hoy 8 de noviembre de 2011, se cumplen 23 años del triunfo del PPD en la elección de 1988 (con Rafael Hernández Colón como líder y gobernador, en que al completarse un cuatrienio de progreso y restauración, brilló el lema “Rafael, estamos mejor con él”). Son 23 años y el Salmo 23 dice mucho.

En la elección de 1988, se celebró el Cincuentenario del PPD, hubo notables logros socio-económicos y en el resultado electoral, en Ponce volvió a triunfar Hernández y fue electo por primera vez como Alcalde de la Ciudad Señorial, Rafael “Churumba” Cordero Santiago.

A nivel legislativo, en esa elección un joven líder ponceño aspiró por primera vez a ser Legislador por el Distrito 24 de Ponce y fue electo: Roberto Cruz Rodríguez. Gratos y grandes son mis recuerdos de esa campaña.

Por ejemplo, para ese tiempo estaba de moda pintar la propaganda en planchas de madera con moldes y pintura de spray. Recuerdo cómo con una navaja le daba forma a esos moldes de duro cartón.

Fue una campaña con poco dinero en que toda la familia se integró; la familia creció. Con el paso de los años, cada vez que recuerdo esas vivencias siento gran emoción y hasta le dedico un pensamiento especial a quienes hoy no están.

Hoy se podría pensar que era imposible ganar con tan pocos recursos. Pienso que hubo favor de Dios ante corazones tan apasionados y comprometidos; voluntades que con humildad dieron lo mejor de sí. Como decía sencillo y efectivo en el broshure de campaña de Roberto:

“No traerá un catálogo de falsas promesas para cazar votos. Traerá el mejor esfuerzo y la mayor dedicación para convertir la esperanza en realidad. Se trata de una lucha para unir por encima de cualquier diferencia”. Lo prometido fue cumplido.

Desde Ponce se afirmaron grandes principios de municipalización y descentralización que sirven bien a toda la Isla, en que tuvo gran relevancia la presencia del legislador Roberto Cruz en las comunidades. Su labor legislativa estuvo bien enfocada, contó con un excelente equipo de trabajo y no cayó en corrupción. Dio cátedra humana y cristiana en lo que mejor define a uno que es lo que se vive honesta y dignamente.

Fue Roberto un excelente y ejemplar legislador que rompió moldes y superó estereotipos. Respetaba la opinión diferente (como muestra de esa madurez moral e intelectual, en procesos primaristas no iba con eso de que el que estuviese con él tenía que apoyar incondicionalmente a todos los que él apoyase) y todos, desde el niño hasta el anciano, podían encontrar en él el trato de altura.

Hizo de la oficina legislativa un foro de buen servicio y una gran escuela. Supo dar importancia a toda iniciativa positiva y apoyo a entidades comunitarias. Por ejemplo, recuerdo los torneos, el empeño de atender los planteamientos de ciudadanos y organizaciones en la mejor forma posible, las medidas legislativas y la forma en que los donativos dados con sabiduría fructificaban en beneficio de todo un pueblo.

Hoy nostalgias y añoranzas, combinan la gratitud con los buenos deseos y al mismo tiempo, se confirma ante realidades y llamados, que desde Ponce siguen brillando grandes ideas de potenciación para perfeccionar la democracia de la patria entera.

Desde esa conciencia unificadora y constructiva, Puerto Rico se viste de Ponce. Dios bendiga a Roberto Cruz, a toda su familia ya tantos que estuvimos en la jornada que presenta lecciones con vigencia. Dios ilumine a todos.

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