viernes, 4 de noviembre de 2011

Tiene que haber un tiempo…

Inspirado en una película, había pensado en darle a este texto un título como “No te rindas”, pero se ha usado tanto esa expresión, que opté por no emplearla hoy como título. El “no te rindas” no merece convertirse en un cliché, debe ser algo de poderoso convencimiento con sentido real y transformador.

De la película “Captain America, The First Avenger”, capta mucho mi atención que es fiel al origen el héroe, con una diferencia: Se presenta con más detalles al personaje de Steve Rogers de antes de recibir el suero y rayos que le llevan a convertirse eventualmente en Capitán América.

En la película, veíamos a un débil Steve Rogers, con diversas limitaciones y obstáculos, que en realidad era fuerte y valiente en su debilidad. El don de sabiduría le permitía no rendirse, no tolerar abusos y anhelar servir más allá de las líneas del deber; lo que es mucho más que la imagen, la teoría intrascendente y el pequeño poder.

Steve Rogers fue digno de ser bendecido con poderes, no por los recursos que pudiese tener, sino por lo interno que le hacía buen hombre. No se trata de algo novel, ya que en los relatos bíblicos, Dios ha hecho las mayores obras con personas que tenían debilidades, defectos y limitaciones, pero que había algo mayor que todo eso; tenían en su humanidad y ser, la capacidad para superarse, vivificar y trascender.

Steve Rogers fue gran héroe desde antes de recibir el tratamiento que le lleva a convertirse eventualmente en Capitán América. Steve Rogers/Capitán América es algo ficticio, pero el mensaje de lo que define al verdadero heroísmo, no debe ser ficticio. Tiene que haber un tiempo en que ese heroísmo realice nuevas victorias.

·         Tiene que haber un tiempo en que no se hable de buscar de Dios para solo ser escuchado por otros, sino que se viva el buscar de Dios para así edificar; es cuestión de ser hacedores y sembradores.

·         Tiene que haber un tiempo en que nuevas vocaciones (tanto de jóvenes como de adultos que asumen responsabilidades y perfeccionan la ruta) en las autoridades de fe, en las autoridades civiles y en todo nivel, superen los libretos memorizados y de manipulación, para inspirar y dirigir con la capacidad que busca servir primero a la Autoridad Mayor; no es religión, es rumbo de vida que sirve bien y fructifica. 

·         Tiene que haber un tiempo en que el no rendirnos y seguir adelante, sea por las mejores razones, para que dé frutos la sabiduría que abre ojos ante las almas que crecen en la debilidad y dan nuevos alcances a cada paso de fe y progreso; en que se entienda que no es demasiado tarde para el testimonio que rompe moldes y se reconozca que algo así solo lo hace el Señor, en forma real y evidente, y no de mera autosugestión o juego de palabras.

·         Tiene que haber un tiempo en que al desarrollar una nueva conciencia para enfrentar problemas, tristezas, enfermedades, conflictos laborales, crisis económica, tentaciones y todo lo que atente en contra de la familia y la persona, se note la serenidad, madurez y fortaleza que hace la diferencia; es cuestión de que a mayor reto y prueba, mejor respuesta en siembras y en seguir ahí.  

·         Tiene que haber un tiempo en que el tema de fundamentar grandes planes y peticiones en el cumplimiento de promesas al Todopoderoso (mecánica existente en diversas líneas de fe e inmune en propiedad a tácticas de fabricación y engaño) adquiera nueva vida como clave de la perseverancia como cuestión de amor, valor y honor; como propósito para ir más allá de uno mismo al dar con un testimonio así, luz en un mundo que tanta luz necesita para volver a creer y crecer.

¡Tiene que haber un tiempo!

Tiene que llegar ese tiempo en que las grandes palabras no sean meras palabras. Así, reafirmo: Ante los motivos de gratitud, ante las razones de la lucha para no rendirme, ante los retos y los ataques, sigo adelante con esa fe y amor. Ahora más que nunca, sigo adelante por las causas de mi amor, visión, perseverancia, fe y promesa. Ahora más que nunca, oro para que testimonios de reales cumplimientos de pactos brillen por el heroísmo que viene de adentro. Ahora más que nunca, que esta consagrada visión llegue al corazón que tanto bendigo, por un plan completo desde lo Alto.   

Tiene que haber más que las debilidades y los obstáculos. Tiene que ser posible optar por una nueva vida, de victoria integral en esta vida y en este tiempo que nos proyecte mejor hacia los mayores destinos. Tiene que ser realizable el poder de la fe, la oración y el ejemplo que abre ojos, conmueve corazones y jamaquea conciencias. Busquemos sabiduría constructiva en todo para progresar y prosperar con sentido.

Al escribir en esos términos, reafirmo el propósito del cumplimiento de mi promesa. Que un nuevo tiempo de testimonios reales y convincentes haga la diferencia y dé luz. Todo el que desee eso para su vida, entra así al estar de acuerdo con estos principios, en oración de común acuerdo. Así, para sumar a la vida y sumara más a la vida de quienes amamos, con acción de gracias y perseverancia para no rendirnos, adelante...  ¡Tiene que haber un tiempo! ¡Tiene que llegar ese tiempo!

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