sábado, 25 de agosto de 2012

Recordando unos pasos de fe de hace 11 años…


Recuerdo que un día como hoy, comencé hace 11 años, nuevos pasos de fe. En el camino recorrido, he conocido mucha gente buena y personas con grandes vocaciones de liderato y pastorado. Lo grande es que los títulos no definen a las personas y que la gran Iglesia abre muchas veces sus puertas al salir del templo luego de ser potenciados en congregación. Es parte del desarrollo de una nueva conciencia.

                 

Cada día confirmo más que no di pasos de cambio de fe, sino de crecer en la fe. En lugar de ver iglesias en rivalidad, procede ver una Iglesia que en diversas congregaciones, engrandece y forma a la gran familia cristiana.

                              

Procede reconocer y agradecer al primer pastor que alcanzó mi conciencia con un mensaje redentor: el Rev. Rodolfo Font. Se trata de una viva voz que presentaba el contenido bíblico del mensaje de abundancia y sanidad integral que enseñaba Jesús. Dar buenos principios de vida bien fundada en la Palabra tal como es, es libertar. Dios usa los medios que El desea para responder y hacer Su obra.

                                                 

Se puede prosperar cristianamente y hay muchos géneros de semilla, por lo que es sabio profundizar en la conciencia de siembra, abono y cosecha sana. Así, es bueno enfocarnos en las lecciones del apóstol Font que educan para la siembra de hacer el bien a los demás, partiendo de la sana autoestima. Muchas páginas requerirían el analizar cada género de semilla, como amor, perdón, misericordia, apoyo, buen consejo, respeto, excelencia en el trabajo, dignidad en la obra, honor en los cumplimientos, solidaridad, ayuda al necesitado, visita a enfermos, etc.

 

Para ver un punto que puede trascender y ejemplificar mucho más, para mí, “cosecha sana” es buscar prosperar con sana conciencia. Por ejemplo, no veo mal aspirar a la sobreabundancia (comprendiendo que el concepto abundancia es relativo porque para cada alma, la abundancia que le llene será algo particular). La gran pregunta es: ¿Para qué se desea ser prosperado?

 

No es lo mismo buscar abundancia para satisfacer placeres en forma desordenada, que para vivificar el más puro y consagrado amor. No es lo mismo buscar abundancia para mera imagen o dañar, o para satisfacer un enloquecido consumo, que para buscar ser bendecido para bendecir (ser efectivamente parte de las soluciones).

 

Porque nadie es perfecto, todos somos llamados a fortalecernos en la fe y en el crecimiento que supera fallas y perfecciona la existencia; merece el pastor Font la cobertura de las oraciones sinceras de incontables almas y el apoyo de todos que infunde el Espíritu Santo en la energía constructiva de vida. Que los nuevos testimonios sean luz para incontables almas, en tiempos en que hacen falta testimonios victoriosos de vidas consagradas y fundamentadas en cumplimientos de pactos y promesas.

 

Sé que el pastor Font es foco de comentarios, ataques y críticas. Porque todavía se sigue esperando que lance la primera piedra el libre de pecado, en demasiadas ocasiones quien más habla es quien menos puede (censurando lo que en realidad desea, en vez de buscar vivir las teorías que presenta), y todos anhelamos recibir misericordia y favor del Señor, veo sabio en el balance enfatizar más en las vidas que abrieron los ojos a una nueva vida y fueron restauradas gracias a su mensaje.

 

Veo de que mucho sería mejor si fuéramos más prestos a bendecir y orar por quienes están en los altares (sin excluir discernimiento y corrección). No se trata de idolatrar o tapar faltas, ya que cada cual debe asumir plena responsabilidad por sus actos y se espera más de quienes tienen más niveles de autoridad. Se trata de sembrar paz, orden y misericordia, y buscar que se manifieste la guía del Altísimo en todo y en todos.

 

La vida es una constante jornada. Es propio reconocer y agradecer a cada alma que aporta a la buena formación de uno. Es digno expresar lo que se ve como justo y correcto, aunque no todos lo comprendan. Es heroico optar por ser constructivos, aún en contra del viento (siempre recuerdo lo que el Rev. Rodolfo Font predicó en Ponce hace un tiempo, de que los más fuertes árboles se desarrollan en las alturas, resistiendo al viento). No soy religioso y no hablo de religión, sino alguien que busca que le defina lo que viva y así, al congregarme hoy, veo propio orar tanto por quienes han fallado como por quienes siguen perseverando. Como cuestión de conciencia y compromiso de vida, busquemos ser bien utilizados por el Señor. Dios ilumine a todos.

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