viernes, 19 de enero de 2018

La flor en el desierto y la verdadera fuerza…

La flor en el desierto es única. En el más árido ambiente, son admirables las flores que sobreviven ahí. Para lograrlo, combinan la belleza con capacidades de fortaleza y protección vía el tallo y el almacenamiento de agua. Lo más significativo es que no pierden su esencia de delicadeza y para crecer, necesitan mucho de la luz del Sol.

En la vida, cuando todo parece desértico y sin vida ni esperanzas, hay que fortalecerse, crecer y seguir adelante.  

Ante todo y ante todos, siempre hay motivos para ser agradecidos y afirmar la perseverancia en el buen camino. No se trata de palabras para evadir los mas desafiantes temas. Se trata de enfrentar los grandes temas con mayores capacidades. Por ejemplo:

·         El hogar más estable y ejemplar no es aquel en donde no hay problemas; es aquel en donde se logra armonía ante las diferentes personalidades bajo un mismo techo y se desarrolla una unidad esencial para hacer hogar.

·         El ambiente laboral más eficiente y productivo -aplicable a cualquier otra dinámica humana, ciudadana y comunitaria- no está libre de luchas y de controversias; es en donde no se pierde el norte ante las distracciones, se define bien la vocación, se busca fomentar la dinámica en que brillen los méritos y se reconozcan justamente y se dedica todo al Señor.   

·         El verdadero amor no es una utopía o lo definido de “compañía idónea” como si fuese una dimensión perfecta y sin conflictos; es sentir algo inenarrable por un alma especial, aspirar a desarrollar un rumbo de vida juntos, y ante las diferencias, encontrar siempre lo mayor en ese palpitar que perdona (en la línea del genuino perdón que no es fingimiento, sino real compromiso de cambio y evolución), armoniza, unifica y enfatiza en todo lo que pueden forjar y consagrar como pareja.  

La flor en el desierto, en el más árido ambiente, no pierde sus esencias admirables; y para crecer, necesita mucho de la luz del Sol. Los seres humanos debemos recordar siempre los motivos de fe y gratitud, no perder las virtudes ante las adversidades y tempestades, y buscar siempre la luz que es lo que mejor inspira, da trascendencia y perfecciona al proyecto de vida mediante el verdadero amor.  

Crezcamos en las fuerzas de bien y de buen corazón. En tiempos atípicos y retadores, de convocatoria a restaurar y edificar, lo más que se necesitan son testimonios de reverdecer y fructificar. Siga la fuerza de inspiración presente en toda buena creación y efectiva obra definitoria de bien. Siga el poder del amor presente en la razón de vida y realización plena. Siga la luz de cada nuevo testimonio en verdad victorioso como faro.

Así, mi oración es: Señor: Por Tu misericordia infinita, apoya y bendice la realización de nuevos testimonios en verdad victoriosos en amor y plenitud; testimonios que den luz a las almas y permitan volver a creer.

·         "Así es la esperanza, sorprende y abre horizontes, nos hace soñar lo inimaginable, y lo realiza". --Papa Francisco



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