jueves, 25 de enero de 2018

Hace un año y siete meses Mami se fue al cielo.

Por siempre para mí queda marcado el 25 de junio de 2016, porque en este día Mami se fue al cielo. Han pasado un año y siete meses. En verdad deseaba un tiempo adicional con ella, Adela Martínez Cruz, pero otras han sido las realidades.

Mirando hacia el pasado: En el link http://batallante.blogspot.com/2016/06/mami-se-fue-al-cielo-gracias-por-tu.html se encuentra lo que escribí al fallecer Mami, en el link http://batallante.blogspot.com/2016/06/velatorio-y-entierro-de-mi-mami-adela.html se encuentra lo que escribí sobre el velatorio, y en el link http://batallante.blogspot.com/2016/06/mami-se-fue-al-cielo-gracias-por-las.html se encuentra lo que escribí agradeciendo las expresiones solidarias.

En el presente: Al escribir estas palabras, recuerdo que a mi madre le gustaba la naturaleza. Por ejemplo:
·         Ella hablaba con nostalgia de la ventana que daba a la montaña. Eso no le resta valor a la ventana hoy que da al barrio, a la urbanización, al residencial público, al condominio, a la zona urbana o a la zona rural. Eso acentúa que con buena inspiración y con consagradas ideas y acciones, se puede hacer bien definida identidad, familia, comunidad y patria en todo escenario.
·         Le gustaban la serenidad abajor los árboles en la Plaza del Tricentenario. También le gusta los árboles en las plazas del casco urbano. Los árboles me recuerdan la importancia de las raíces. ¡Cuántos de esos árboles contempló Mami! ¡Qué buenas raíces Mami tuvo y fomentó! Las rutas y los llamados siguen…    






Ante tantos recuerdos, la muerte y las teorías sobre la “buena muerte” y otros términos, siguen siendo el mayor misterio; y generando profundos pensamientos y hasta debates. En un mundo en que hay más de 4,000 religiones, el principio de que nadie tiene el monopolio de la verdad y cada cual tiene una parte de la verdad, fomenta humildad, comprensión y crecimiento; es propio buscar trascender y encontrar lo que realmente edifique a todo el ser. La buena fe está en el amor y las soluciones salomónicas y efectivas; no en clichés y los tradicionales libretos memorizados. Es ahí que comienza la verdadera búsqueda del genuino bálsamo y de la verdad. Es en ese nivel que se puede crecer como seres humanos.

Mi madre tenía una voz que daba serenidad ante todo, y una sensibilidad y humildad que le daban autoridad. ¡Que mucho se necesita hoy ese nivel de cátedra y serenidad que respeta y no necesita recurrir al grito o al estilo cuestionable! Imposible contener las lágrimas al recordar la última vez que mi madre me dijo “Dios te bendiga”.

Mi madre mereció más en la vida, y al mismo tiempo le dio luz a todo lo que tuvo y alcanzó. Haya gozo eterno a ella y paz a todos los que seguimos perseverando. La vida ha seguido su curso. En un mundo imperfecto, en que hay incomprensiones y no todo es como debería ser, reconozco que hay ocasiones en que tengo profundas tristezas (en que las más sentidas lágrimas son las que permanecen dentro).

Sin embargo, hay puntos vivificadores, como las razones de las causas y el proyecto de vida, los motivos de aliento, y almas selectas que han sabido vivir la solidaridad y lo que define a la buena calidad humana (destaco como cuestión de conciencia y respeto, al alma que es ungida y revolucionaria revelación; por confirmar que puede haber gran belleza física con suprema belleza desde adentro, e iluminar la visualización de lo mucho que podríamos forjar y consagrar en una misma ruta). Es un hecho que cada día hay detalles y motivos que fortalecen. En tiempos atípicos y retadores, cada detalle de perseverancia requiere una base que supera palabras para lograr restaurar fuerzas y seguir adelante. En las jornadas, recordar a Mami supera palabras; si con todas mis fallas tuve una madre y un padre como los que tuve, hay poder para seguir adelante.   

·         “Santísimo Amor de Jesús, te consagramos nuestros corazones, nuestras vidas, y nuestras familias”. --Consagración al Sagrado Corazón de Jesús

·         “Las madres puertorriqueñas ocupan un pedestal en nuestros corazones, un sitial de honor ante el derroche de ternura, amor y sacrificio que ellas regalan diariamente, en la plenitud de su entrega a la familia. Maternidad es sinónimo de protección que comienza al concebir al hijo y perdura siempre no importa los años que éstos vayan cumpliendo. Las madres puertorriqueñas son la fuerza de este pueblo. Lo dan todo: comprensión, consejo, y consuelo. Tienen las madres puertorriqueñas una dignidad ejemplar en la dulzura de su amor y en la valentía de su lucha por los hijos. Las madres traen la paz, y son la esperanza que como suave brisa sopla las velas de la vida para conducirnos a mares tranquilos…
Para aquellas madres que con ejemplo de virtud y abnegación cumplieron su maravillosa misión en la tierra y fueron llamadas a la presencia de Dios, paz, descanso, agradecimiento y gloria eterna en el Paraíso del Padre. A todas las madres, gracias por ser presencia de Dios en medio de nosotros.”. –Rafael Hernández Colón

·         “Jamás en la vida encontrarás ternura mejor, más profunda, más desinteresada y verdadera que la de tu madre". --Honoré de Balzac

·         “Dios no podía estar en todas partes y por ello creó a las madres”. --proverbio judío

·          “Mi madre fue la mujer más bella que jamás conocí. Todo lo que soy, se lo debo a mi madre. Atribuyo todos mis éxitos en esta vida a la enseñanza moral, intelectual y física que recibí de ella". --George Washington

·         “Madres, en vuestras manos tenéis la salvación del mundo”. --Leon Tolstoi

·         “Mother love is the fuel that enables a normal human being to do the impossible”. --Marion C. Garretty






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