domingo, 18 de diciembre de 2011

El postre y más

El  jueves 15 de diciembre de 2011, fue más que señorial el atardecer en Ponce con la presentación del libro “El poder está en la calle”, en el restaurante La Casa de las Tías, en la Calle Isabel. El libro fue escrito por la líder y legisladora Carmen Yulín.



Gracias a Dios por todo lo que permitió tan especial evento. Gracias a Wilda y Graciela por haber desarrollado tan especial iniciativa en tan buen lugar. Ellas y quienes ahí laboran, hicieron posible que con todos los presentes, se vivificara con nuevos alcances y mayores proporciones, lo que dice la famosa y emblemática plena: “En Ponce te dan la mano y te hacen sentir feliz”.



Ver a Carmen Yulín y al licenciado José Alfredo Hernández Mayoral, fue algo inspirador y aleccionador, en tiempos en que la patria clama por puntos de acuerdo y armonía ante la violencia, la crisis económica y tantos otros problemas.



Es cierto que Yulín es belleza encarnada y poesía encarnada. Así lo expresé con el debido respeto. Me recordó unas palabras pronunciadas por doña Inés Mendoza de Muñoz Marín el 25 de septiembre de 1983 en la Asamblea de Mujeres del Partido Popular Democrático, en Mayagüez:



“Y quiero que se acuerden de esto mientras vivan: Que nunca es más hermosa una mujer, que cuando defiende el derecho de su pueblo, se libertad, su pan, su tierra”.



Pero es propio reconocer que lo en ella admirable es fruto de fe, valentía y de la luz que viene de adentro. Fue grande la lección de que procede hacer las cosas en forma diferente para lograr resultados diferentes.



Con el deseo de que esa lección no sea solo palabras, sino una realidad viva, prometedora y creciente, hoy domingo 18 de diciembre, fui al salir de la Iglesia, a La Casa de las Tías.



El postre “bien me sabe” fue gran cierre, pero fue más un punto de partida. Que regrese pronto Carmen Yulín. Que sigan Wilda y Graciela con sus colaboradores aportando constructivamente a la patria. Que sigan las actividades que unan las diferentes corrientes de pensamiento en un gran cauce de amor a Puerto Rico. Dios bendiga y haga justicia a los humildes, productivos y cumplidores, a los perseverantes. Dios dé luz a quienes necesitan su Damasco. Bendecidos.

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