lunes, 26 de diciembre de 2011

Unos comentarios a “El poder está en la calle”

He leído el libro “El poder está en la calle”, escrito por la gran dama, líder y legisladora Carmen Yulín. Ciertamente es uno de esos selectos libros que no se puede leer rápido o solo una vez. Veamos algunos detalles:



La nota de la editora, Wilda Rodríguez, es EXCELENTE (en mayúscula porque en verdad es muy buen texto). Estamos ante un libro que muy bien pudo titularse “Franqueza, Humildad y Valentía”, lo que permite unir los pensamientos diferentes en un reconocimiento común a una obra que exalta el respeto en tiempos en que tanto se falta el respeto.



El libro es “franqueza” en el nivel que puede ver cara a cara con serenidad; es “humildad” al presentar unos detalles del proceso humano tal como es, con tiempos para sostener posiciones y tiempos para reconocer lo que hay que rectificar y perfeccionar; es “valentía” ya que muy pocos parten del señalamiento a sí mismos. Presenta así la mayor seguridad al no temer a las debilidades y las búsquedas para superar las mismas, que acercan más al Señor.



He escrito que el ELA no es colonia, tiene una historia digna, y apoyo el concepto unificador de buscar el perfeccionamiento de la unión permanente de Puerto Rico con Estados Unidos. Sigo en esa línea. No obstante, es salomónico lo que dijo una vez David Noriega de que si el pueblo optaba por el ELA, que fuera la Isla el mejor ELA; si optaba por la Estadidad que fuera la Isla el mejor Estado; y si optaba por la Independencia, que fuera la Isla la mejor República. Ciertamente hay que superar la tendencia de “lo mío o nada”, ya que con el imperio de esa expresión nunca se logrará una solución final.



El cambio es inevitable y parte normal, necesaria y natural de la creación. Si lo que procede es el cambio que supere límites, más allá de toda teoría e incluso de mí mismo, que prevalezca lo más conveniente en el Señor, y lo que a Yulín le inspire la más pura fe, sabia conciencia y genuino corazón. Si nos encaminamos a un nuevo mundo, ¡qué mejor que el corazón de mujer para inspirarlo y forjarlo!



Estoy convencido de que la Constituyente puede ser un gran medio para buscar una solución, pero deberá haber el compromiso de respetar, acatar e instrumentar el resultado. Sin embargo, lo más importante no está en el llamado “poder político”.



En Estados Unidos, en teoría los estados tienen soberanía e igualdad, ¿pero cuántas desigualdades ocurren en esos territorios? En otros países con la llamada “soberanía plena”, en teoría tienen libertad e igualdad, ¿pero cuántas desigualdades ocurren en esos territorios? En la extensión territorial y esencias de Puerto Rico, debe ser más realizable el coincidir en los propósitos constructivos, ya que no habrá buena solución de status en un país dividido y confrontado. Para eso se necesitan las alianzas.



El Capítulo “Y si lo fuera, ¿qué?”, me recuerda mi expresión de que de lo que no se quiere hablar, es de lo que más hay que hablar. Es creciente el número de personas decepcionadas que deja de visitar iglesias, al generalizarse el libreto memorizado que no da espacio a que quien aconseja o predica sea movido por el Espíritu Santo.



Hace falta crear más conciencia de que ser cristiano no es un signo de estigmatización, una marca comercial o un género musical, es ser creyente. Al igual que el libro de María Elvira Salazar, el libro de Carmen Yulín me inspira a seguir perseverando para que lo que me defina como cristiano, sea lo que viva. En consecuencia, el libro es Gran Libro Cristiano en la medida que vivifica las enseñanzas de Jesucristo de vida constructiva, respeto a las diferencias y unificación. Así, es desde el sector no-político que se necesitan las alianzas que desaten un incontenible poder transformador. 



La gran hazaña no está tanto en ser comprensivos y tolerantes hacia lo que se apoya, sino hacia lo que no se apoya. El fin de toda buena idea que inspire “El poder está en la calle”, es que no se quede en un buen propósito lo redactado, sino que se cumpla. El Capítulo que cierra el libro se titula “Sigo insatisfecha”. Con todo lo bueno que es orar con acción de gracias, la realidad es que desde la crisis y la insatisfacción es que surgen las más intensas oraciones.



Oración no es cuestión de rezos y rituales, es cuestión de presentarse tal como uno es ante el Señor para buscar alcanzar lo que aún no se es. Basta con presentar con todo el ser ante el Señor el mejor deseo sin muchas palabras ni indagar demasiado, para que el Señor que ve todo, obre.



Distinguida y más que honorable Carmen Yulín: Siga creyendo y perseverando. Gracias por el libro que es bálsamo y al mismo da los jamaqueos que hacen falta. Gracias por alentar a creer, aportar a superar los mitos y presentar nuevas perspectivas que no son imposibles. ¡GRACIAS por “El poder está en la calle”, que recomiendo como parte del proceso para hacer patria! Sea más que bendecida.

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