viernes, 9 de diciembre de 2016

Lo salarial y lo cultural en Puerto Rico.

Durante años, se ha debatido en Puerto Rico sobre el punto de que el salario mínimo federal equivale a aumento en el desempleo cuando empresas no pueden absorber el mismo. Ante eso, se argumenta que el salario mínimo federal es justicia social.

En diciembre del 2016, es noticia que el doctor José Caraballo Cueto, es autor de un estudio académico sobre el salario mínimo que concluyó, que eso no es un problema para el desarrollo económico de Puerto Rico. Ve lo positivo en el salario mínimo federal para fomentar “un aumento en el poder adquisitivo”.

El debate sobre lo salarial, se ata con lo histórico: Una evidencia de esa afirmación está en la emigración que se origina en la búsqueda de mejores salarios y oportunidades.  
El debate sobre lo salarial, se ata también con lo cultural: En el país se fomenta el conformismo. Es bueno dar gracias por el sustento y no está mal el pensamiento de “es mejor media libra de pan que ningún pan”, pero cuando se busca manipular eso para nunca dar el máximo de salario posible, se cae en abuso.

Recuerdo que conocí a alguien que trabajó en Nueva York y destacaba que aprendió mucho de empresarios japoneses y empresarios judíos. Decía:
·         El empresario japonés no coloca a un empleado en una alta posición de primera intención. Esa persona debe trabajar en todos los niveles, desde lo más inferior, para que cuando llegue a lo alto, esté probado, conozca la empresa y desarrolle compromiso. Eso no da espacio al discrimen y al paracaidismo.
·         El empresario judío exige un buen trabajo y paga lo justo. Cree que en la medida que premia al trabajo bien hecho y la productividad, se motiva y se logra más. Eso no da espacio al abuso, a la injusticia y a premiar el ocio.

Con conformismo es difícil que un país alcance sus mayores niveles de desarrollo, y no sirve bien la doctrina de buscar dar lo menos posible a los empleados indistintamente de ganancias. Sin motivación en la fuerza laboral y con éxodo, no se adelanta mucho. Cuando --mediante factores como el mejor salario posible, el real apoyo en casos de necesidad, las más óptimas condiciones de trabajo, y otros que humanizan y dignifican-- el empleado es parte esencial del progreso y crecimiento de la empresa, fomentar compromiso y productividad es más realizable.

En San Juan 10:10, Jesús dice que vino para que tengamos “vida en abundancia”, por lo que educar para progresar, prosperar y tener bendición para bendecir, y aspirar a forjar un Puerto Rico próspero en todo bien, es algo bueno, digno y grande.
En un mundo creado sin fronteras, es bueno que la Isla se nutra de las experiencias que funcionan bien, con el propósito de dar cátedra de desarrollo integral, plena justicia y bienestar en nuestra extensión territorial.




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