miércoles, 1 de febrero de 2017

En tiempos atípicos y en el umbral de días inéditos, es edificante recordar el pensamiento y la obra de Rafael Hernández Colón.

Se ha ido generalizando la idea de que Puerto Rico ha tenido “lo mismo” con “rojos y azules”. Aunque se diga eso muchas veces, no lo convierte en correcto. Veamos:

En las décadas del ’40 y el ’50, grande y ejemplar fue la obra de justicia social y libertad integral, y estabilidad política con el Estado Libre Asociado; con el liderato de Luis Muñoz Marín y una generación fundadora. Con la enseñanza del voto libre, secreto y limpio, y una obra bien enfocada, la Isla llegó a ser vitrina de la democracia. Se generó deuda, pero era controlada gracias al impresionante desarrollo y progreso. Hubo fortalecimiento cultural y en los años ’60, Muñoz dejó un país bien encaminado con admirables niveles de crecimiento y Roberto Sánchez Vilella fue un excelente administrador que cuadró bien el presupuesto. 
                                                                                      
Con la llegada de la administración de Luis A. Ferré se interrumpió la estabilidad que brindaban los mandatos consecutivos del PPD. Aunque se argumente que hubo obra de infraestructura e iniciativas como el Bono de Navidad, comenzó a elevase la deuda y se creó una situación fiscal difícil. En 1972 triunfó el pueblo unido con el PPD al son de “¡Fuego Popular!” y en 1973 comenzó la administración de Rafael Hernández Colón. La crisis económica mundial de los ‘70 fue causada por el aumento en el costo del petróleo. Incluso Nueva York estuvo al borde de la bancarrota. En esa tempestad, Puerto Rico se logró mantener a flote gracias a medidas administrativas y de austeridad y sus estructuras como ELA; y fueron significativos logros como el aumento en la producción agrícola, el impulso al turismo con la creación del Programa de Paradores Puertorriqueños, la construcción de nuevas plazas de mercado, la Sección 936 (para crear empleos y promover el desarrollo económico), y más.

Durante la administración de Romero Barceló, se elevó el desempleo al nivel más alto de su historia. Se confirmó que no es recomendable alterar los incentivos por consideraciones ideológicas. Así, el mensaje de “Rafael en la Ruta de la Victoria”, y el jingle y lema de “Rafael, Puerto Rico cree en él”, trascendió lo partidista para ser misión de pueblo. Aún ante desigualdades e irregularidades, el resultado electoral de 1980 fue de victoria Popular (aun con la sombra del fraude y del escamoteo de la voluntad democrática con relación a la Gobernación), que le permitió a Rafael dedicársela a Muñoz; y en 1984 se consolidó esa victoria que permitió encaminar la digna y patriótica obra de reconciliación, reconstrucción y progreso del país. En 1984, tras un periodo de politización y estancamiento, triunfó nuevamente el pueblo unido con el PPD. En 1985, RHC educó y logró que la defensa de la Sección 936 fuera una causa y victoria de pueblo.

Dijo Hernández Colón en 1985: “Agradezco a don Luis Ferré su valiosa colaboración. Esta reunión tiene un carácter histórico para Puerto Rico en la medida en que los dos líderes de partidos adversarios se unen para atender los intereses de todo el pueblo puertorriqueño”. La foto se convirtió en un ícono para generaciones, sobre el patriotismo que une en las grandes causas. Incluso el presidente Ronald Reagan agradeció al gobernador Hernández Colón por el apoyo para “promover la democracia y el progreso económico en toda la región del Caribe”; porque los grandes propósitos superan las diferencias. El cambio hacia la solidaridad y creatividad productiva, dio como saldo del cuatrienio 1985-88, que en el mensaje de estado de 1988 se informó sobre un crecimiento económico que sigue siendo factor aleccionador. Dijo Hernández: “…hoy trabajan 126,000 puertorriqueños más que en enero de 1985; 29,000 de ellos jóvenes… Hemos hecho posible que el Producto Nacional Bruto creciera en 1987 a un ritmo de 5.1 por ciento –mayor que el ritmo de crecimiento de Japón, Alemania, o los Estados Unidos”.

En 1988 el PPD revalidó y el progreso no se detuvo. En 1992, la administración del gobernador Rafael Hernández Colón dejó un país con –entre obras y progresos-- una producción en la manufactura que alcanzó un 40% del ingreso neto del país (la firma "Political Risk" catalogó a Puerto Rico como primer lugar del mundo para invertir), la Sección 936 y un gran liderato en el Caribe (para 1991 se habían promovido en la Cuenca del Caribe 92 proyectos que habían generado más de 19,000 empleos, con una inversión que sobrepasó los $640 millones. En 1990 se desembolsaron $206 millones en fondos ELA-936 para proyectos en la región), en turismo se logró el puesto de primer destino en la región, la realidad del Centro Cardiovascular, crecimiento en la producción agrícola (por ejemplo, el café puertorriqueño llegaba a Japón y Europa, y en 1991 el producto agrícola fue récord con $745 millones, 2.4% sobre el '90 y un 22.4% sobre el 1985), el fortalecimiento del patrimonio cultural y arquitectónico, Reforma Educativa, Ley de Municipios Autónomos, el programa PRES para combatir la extrema pobreza, Navieras bien encaminadas y la Isla había logrado ser el quinto país exportador del hemisferio. NO son todos los líderes y administraciones iguales. Eso tiene vigencia.

Luis Muñoz Marín fundó un movimiento de pueblo, el Partido Popular Democrático, que hizo realidad las más brillantes páginas de la historia y un ejemplar sistema democrático-constitucional mediante el ELA (con el ELA se puede, porque lo que valida al ELA jurídica e internacionalmente es más que funcionarios de turno; los problemas económicos del presente fueron causados por malas prácticas administrativas que hay que corregir, no por el ELA). Rafael Hernández Colón nutrió a la gesta de líderes, pueblo y generaciones, con gran visión, dedicación y forjadora capacidad. Recordar el pensamiento y la obra de Rafael, es reconocer mensajes con vigencia y logros que hicieron justicia, crearon empleos, potenciaron la democracia y sentaron bases de municipalización y descentralización. Destacar cómo Hernández Colón sigue sirviendo y fomenta lo educativo, es valorar un legado vivo y creciente. ¡Hay esperanza!
                                            
Las posiciones y las posesiones no definen al líder. Líder es quien da buen ejemplo, da lo mejor de sí y al reconocer la mayor autoridad en el Altísimo, ama y consagra todo mediante el servicio y el pensamiento edificante. Líder es quien busca dar valor al paso del tiempo con la madurez que educa y potencia, lo que es fuerza rejuvenecedora. Líder es quien trasciende por su fe y vocación de vida. Así es Rafael Hernández Colón.

·         “La solidaridad de generaciones y voluntades, ése es el ideal de acción. Y es a base de ese ideal de acción que ha de lucharse, buscarse, la realización de los ideales de vida, de vida buena, de buena civilización en Puerto Rico”. –Luis Muñoz Marín

·         “PORQUE PUERTO RICO SON USTEDES, SOMOS NOSOTROS, PUERTO RICO ES TODO LO QUE NOSOTROS HAGAMOS POR EL.”. –Rafael Hernández Colón·          

·         “Interpreto al mundo partiendo de Jesús”. –Rafael Hernández Colón, Introducción de “Contra Viento y Marea”
            
https://www.youtube.com/watch?v=6ynFINsliEE                (Documental Rafael 1992)






























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