La posición oficial sobre el tema de
Educación de Equidad en Puerto Rico es clara. Palabras del Secretario de
Educación dicen lo siguiente:
·
“La política pública lo que busca es educar a nuestro
estudiantado sobre un asunto de derechos humanos. Aquí de lo que estamos hablando es de
promover entre los estudiantes la equidad entre el hombre y la mujer en sus
deberes y responsabilidades sociales como individuos. Además de comprometernos
a impulsar y garantizar esa misma equidad dentro de nuestra fuerza laboral”.
Es triste que ciertos líderes religiosos
y extremistas, al no tener razones ni argumentos para oponerse, recurran a
odios, gritos, engaños y maltratos para tratar de adelantar agendas personales
que nada tienen que ver con valores y el bien de la familia.
No es de sorprender, ya que Jesús
fue perseguido por religiosos. ¿Quién en su sano juicio puede estar en contra
de la equidad entre el hombre y la mujer? Siento empatía hacia los maltratados
por no decir “Amén” a los estilos y mensajes negativos. Siento empatía hacia
quienes no han tenido otra opción que dejar roles ministeriales, o incluso no
congregarse o asistir solo el domingo, pero en verdad buscan del Dios que ama y
creó diversidad y un mundo sin fronteras. Afortunadamente no todo el liderato
religioso falla; merecen apoyo los que honran la vocación. Lo esperanzador es
cómo hay almas que buscan un real y personal desarrollo espiritual más allá de
los estilos caducos.
Cuando
se habla de “Violencia contra la Mujer”, se piensa en los casos de notable y
cruda agresión que deben terminar. Sin embargo, pienso que hay otras
manifestaciones más sutiles que también requieren atención. Por ejemplo:
·
Cuando camino y veo a damas que siguen ideologías en
que no se les permite maquillarse y arreglarse, es inevitable preguntarme cómo
serían sus trayectorias con más autoestima y recordar que en esos lugares, los
hombres sí se cuidan y visten bien. Eso lo veo como una manifestación de
violencia en contra de la mujer.
·
Cuando hay lugares de congregación en que hombres
desarrollan extremo autoritarismo al expresar “estos es así y punto”, buscando
silenciar a todo el que piense diferente y llevando esos estilos maltratantes
al hogar (promotores de intolerancia), lo veo como una manifestación de
violencia en contra de la mujer.
·
Cuando en pleno siglo 21, todavía se debate sobre si una
mujer puede o no hablar ante congregaciones, o se les permite desarrollar roles
ministeriales subordinadas a quienes quieren dominar tergiversando lo bíblico
sobre el rol del hombre para justificar el mal, lo veo como una manifestación
de violencia en contra de la mujer.
·
Cuando se piensa que una mujer debe recibir y aceptar
expresiones hirientes, burlas y humillaciones con la idea de que así se prueba
“orden”, “lealtad” y “amor”, lo veo como una manifestación de violencia en
contra de la mujer.
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Cuando se piensa que una mujer debe justificar los
vicios del compañero y/o esposo, lo veo como una manifestación de violencia en
contra de la mujer.
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Cuando se estigmatiza a la joven embarazada, la
divorciada, y la que persevera en dramas fuera de lo tradicional, en vez de
darle comprensión salomónica y constructiva, lo veo como una manifestación de
violencia en contra de la mujer.
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Cuando hay incomprensión y falta de apoyo a la madre
soltera y la que atiende enfermos, lo veo como una manifestación de violencia
en contra de la mujer.
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Cuando hay discrimen por edad, y abandono a la mujer
en la edad dorada, lo veo como una manifestación de violencia en contra de la
mujer.
·
Cuando se pierde la capacidad de valorar y compensar
justamente a las mujeres que se multiplican en amor y entrega, en vez
de incentivar tales testimonios luminosos, lo veo como
una manifestación de violencia en contra de la mujer.
·
Cuando hay casos en que una mujer falla, ciertamente
debe asumir la responsabilidad de sus actos, pero en la medida que sea algo
desproporcionado, lo veo como una manifestación de violencia en contra de la
mujer.
Si
mala es la violencia en contra de la mujer que es notable, peor es la violencia
oculta que se justifica con machismo y hasta fanatismo religioso. Ante el mal,
lo mejor es fomentar orden salomónico, armonía y paz.
La
búsqueda de armonía permite desarrollar positivamente todo tema, para fomentar
el respeto a todos. Por ejemplo, en la medida que se fomenta en predicaciones
el estilo de “esto es así, punto y se acabó”, se alienta un nivel de
intolerancia que se traduce en violencia en el hogar y tratar de silenciar a
todo el que piense diferente.
Así,
abogar por el amor, el respeto y el progreso con equidad, es todo un acto
revolucionario (a la altura de Jesús, que fue constructivamente revolucionario).
Sigan
dándose los Damasco a quienes necesitan redescubrir el buen camino. Sigan
siendo más que bendecidos quienes sabia y heroicamente fomentan paz integral y
armonía con el entendimiento de que todo lo mejor del ser humano nace y se
manifiesta desde la conciencia que todos somos hijos de Dios. Adelante…
·
“Guardaos de los
falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro
son lobos rapaces.
Por sus frutos
los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
Así, todo buen
árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
No puede el buen
árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
Todo árbol que no
da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
Así que, por sus
frutos los conoceréis.” --San Mateo 7:15-20
·
"Reposará en la estepa la Equidad, y la justicia
morará en el vergel; el producto de la justicia será la paz, el fruto de la
Equidad, una seguridad perpetua”. --Isaías 32:16-17
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