Es cierto que
ya perdió vida útil el lema de que “el status no está en issue” y es correcto
que Puerto Rico tiene áreas específicas (como lo económico) en que necesita
mayores poderes (lo que no le resta valor a los méritos de la Constitución del
Estado Libre Asociado). El gran foco de controversia es la Ley de Relaciones
Federales.
No obstante,
hay que estar ALERTAS ante quienes manipulan el tema del status con la idea de
ocultar temas como fallas administrativas y la corrupción, y buscar imponer
unas preferencias y agendas particulares al son del cainismo. Nada bueno se logra
con soberbia. Si se desea forjar algo bueno, hay educar para potenciar
constructivamente, respetar la diversidad, no maltratar a quien piense diferente
y sobre todo, ver que una fórmula de status político no es ideal, sino
instrumento para servir a mayores ideales.
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