El 7 de diciembre de 2015,
se cumplen 74 años del infame ataque a Pearl Harbor, dado en 1941, en que la
maldad, en vez de derrotar, tuvo el efecto de despertar al gigante. La victoria
que se alcanzó tras las grandes batallas, sigue resonando e inspirando y
educando a generaciones. Hoy la infamia tiene nuevos disfraces.
Recordemos con la
voluntad de vestirnos de heroísmo y afirmar valores permanentes. Recordemos con
amor, orgullo y agradecimiento a los héroes de verdad en todo frente; sea el
Señor en lo que vivamos.
Cuando más problemas hay, más se busca
de heroísmo y ejemplos edificantes. El heroísmo real se atreva a vivir,
perseverar y fructificar con el más abarcador amor.
Aprendamos a reconocer, valorar y
apoyar el verdadero heroísmo, que no siempre es reconocido, comprendido y
apoyado, pero que persevera, se resiste a dejar de creer y crece en fe,
pruebas, amor, valor y ensordecedores silencios.
Aprendamos a reconocer, valorar y
apoyar el verdadero heroísmo, ya que a eso nos llaman los héroes que en
diferentes tiempos y a diferentes generaciones, han sabido inspirar para
superar limitaciones con el poder que viene de adentro, ser sensibles ante el
dolor, valientes ante las injusticias, más solidarios y constructivos, más
humanos y hermanos. Ahí están las reales super-hazañas. Dios ilumine a todos.
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