El 7 de diciembre de
2015, se cumplieron 74 años del infame ataque a Pearl Harbor, en que la maldad,
en vez de derrotar, tuvo el efecto de despertar al gigante ante la Segunda
Guerra Mundial. La victoria que se alcanzó tras las grandes batallas, sigue
resonando e inspirando y educando a generaciones.
Se confirma que la
historia no terminó con Pearl Harbor. El 8 de diciembre de 1941 el Congreso de
los Estados Unidos aprobó una declaración de guerra contra Japón, que colocó
oficialmente a Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Alemania declaró a
su vez la guerra a los Estados Unidos.
Se llegó a pensar que
sería imposible derrotara las fuerzas y recursos militares alemanes y
japoneses. Sin embargo, dos grandes batallas ejemplifican que lo heroico con
las mejores motivaciones puede más que toda adversidad:
·
La batalla de Midway se libró entre los días 4 y 7 de
junio de 1942. Las fuerzas norteamericanas detuvieron los intentos
expansionistas de los japoneses y se inmortalizó el nombre del navío que llegó
a inspirar hasta la más legendaria nave en la frontera final espacial:
Enterprise.
·
La batalla de los aliados librada en Normandía
entre los días 6 de junio y el 21 de agosto de 1944, con el nombre clave de
Operación Overlord, fue un esfuerzo conjunto que comenzó lo que llegó hasta el corazón del
Tercer Reich. Su inicio originó el término de “Día D”.
Cuando más problemas hay, más se busca
de heroísmo y ejemplos edificantes. El heroísmo real se atreva a perseverar,
triunfar y fructificar con el más abarcador amor.
Seamos batallantes con
fe, visión y corazón. Seamos batallantes en el mejor sentido del término.
Seamos batallantes haciendo de la vida una heroica causa de amor. Seamos
batallantes que consagren las victorias que logran lo aparentemente imposible.
Así, recordemos
con aprecio, honor, orgullo y agradecimiento a los héroes de verdad en todo frente.
Sea el Señor en lo que vivamos. Dios ilumine a todos.
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