Empleo el término de los “juguetes
navideños” porque no veo antagonismo de Santa Claus y los Reyes; son personajes
que armonizan en el espíritu de amor y dadivosidad y solo mentes confundidas
pueden insistir en llevar el cainismo a un tema que afirma la sana conciencia
humana y cristiana para crecer y fructificar todos.
De mi niñez, recuerdo que mis series
favoritas eran “The Six Million Dollar Man” y “Batman”. Aún conservo la figura
de acción de Steve Austin, pero es ahora, décadas después de aquellos días de infancia,
que están de moda y en distribución las figuras, Batmobile y artículos de
colección fieles a la serie clásica de “Batman”.
De mi niñez, recuerdo que el área de
mayor socialización era el patio escolar y ahí, los niños no veíamos mal que se
pudiera recibir regalos de Santa Claus y los Reyes. Con la sabiduría sencilla y
directa de los niños, se veía lo práctico de que con los regalos de Santa Claus
había más tiempo para jugar y nada iba en contra de las tradiciones.
De la escuela, recuerdo que un gran
acierto de una maestra fue permitir que los niños asistieran un día a la semana
con sus juguetes. El compartir era muy bueno. Luego del receso navideño,
hablábamos sobre los juguetes recibidos con ojos de luz.
Con ojos de luz no había espacio
para la envidia ante quien recibiese regalos más costosos, sino la capacidad de
compartir alegría y juegos con imaginación sin fronteras. Extraño esos tiempos
con sus soles únicos, mis padres en plena fortaleza y días en que los problemas
no eran mayores que los motivos de seguridad y esperanza.
Con aquella visión salomónica, Santa
Claus y los Reyes se complementaban y acentuaban lo bonito del nacimiento de
Jesús y la bienvenida a un nuevo año con optimismo. Solo ciertos “adultos” no
comprendían eso y preferían lo confusionista.
Los juguetes navideños hablan a
todas las generaciones porque con la creatividad de la niñez se puede lograr
mucho, y con la capacidad de unir de los niños se puede construir más y mejor.
Regresemos a las mejores y más edificantes bases.
·
Toys—“You've got to try the impossible. Bear the incredible.
Climb aboard and take a ride, hope that luck is on your side. Try the
impossible, cause if you do, you can make the impossible come true”.
--The Christmas Toy
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