domingo, 27 de enero de 2013

Felicito a la alcaldesa Carmen Yulín por propiciar la igualdad humana


El 5 de junio de 2012, comenté en la red social, el reportaje de que la entonces legisladora Carmen Yulín, anunció que de ser electa alcaldesa de San Juan, formaría órdenes administrativas que benefician, entre otros, a la comunidad  lesbiana, gay, bisexual, transexual y transgénero (LGBTT), aunque dijo en ese entonces no creer que se debe establecer el matrimonio gay. Decía el reportaje:

 

·         “Esas primeras órdenes administrativas serían para establecer una política pública en contra del discrimen por identidad de género, incluir las uniones de hecho como legítimas para los efectos del plan de salud del municipio y crear el día de concientización contras los crímenes de odio.

‘La inclusión no es una frase retorica para ser utilizada en discursos,  la inclusión se demuestra con la acción. Mi compromiso es para buscar la equidad de todos los que viven en San Juan sin importar como deciden expresar su amor’ dijo la candidata a la alcaldía de San Juan por el Partido Popular Democrático”.

                                             

Felicito a la alcaldesa Carmen Yulín por dar pasos para cumplir el compromiso que propicia la igualdad humana. Eso es CRISTIANO y voy más allá: Fiel a lo que he escrito de que de lo que no se quiere hablar es de lo que más hay que hablar, veo que ciertamente hay que combatir los crímenes de odio, actos de violencia y corrupción, malos tratos y discrímenes, el “moobing” (acoso laboral) y tantos otros problemas. Una sociedad que aspira a ser fiel al Altísimo, progresista, justa y democrática, no debe tolerar ese tipo de daños. La Biblia es la mejor guía de nueva y mejor vida.

 

No obstante, aunque la Biblia rige a todo más que los sistemas creados por el hombre, es un hecho que los gobernantes deben gobernar para todos los ciudadanos, indistintamente de credos. Aún así, no dudo que genere controversias lo cumplido por Carmen Yulín. Desde mi perspectiva de fe y perseverancia, reitero el apoyo a Yulín. 

 

La Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico comienza la Sección 1 del Artículo 2 de la Carta de Derechos así:

·         “La dignidad del ser humano es inviolable. Todos los hombres son iguales ante la ley. No podrá establecerse discrimen alguno por motivo de raza, color, sexo,  nacimiento, origen o condición social, ni ideas políticas o religiosas Tanto las leyes como el sistema de instrucción encarnarán esos principios de esencial igualdad humana”.

 

No procede una “guerra santa” o el extremo de validar todo como si en el imperio de derechos no hubiese deberes que cumplir o alguna guía básica de valores. Por un lado, apoyo el lenguaje de igualdad humana, ya que la historia confirma que quienes más juzgan y condenan, son quienes más secretos sombríos tienen. Por otro lado, apoyo la suma consideración hacia el guía espiritual, ya que en momentos de crisis mayor, no se recurre a quien está en la función política o gubernamental, sino a quien está en la función espiritual, sacerdotal o pastoral.  

 

Ante esos dos aspectos, la realidad es que todas las creencias coinciden en que llegará el momento en que uno dé cara ante el Creador y ahí nadie responderá por uno. Como preludio a eso, es en la medida que se piensa con prudencia en las consecuencias de cada decisión y acción, que se logra dejar un legado de amor y bien.

 

Al validar derechos humanos, que no se olvide que son para todos. En eso, el principio constitucional de separación de Iglesia y Estado va dirigido a que no haya una religión oficial, no excluye al liderato y pueblo cristiano de las decisiones fundamentales (al usar la palabra “cristiano” me refiero a todo creyente en Jesucristo, sea católico, evangélico o de cualquier otra denominación). De hecho, nuestra Constitución comienza en el Preámbulo así:

·         “Nosotros, el pueblo de Puerto Rico, a fin de organizarnos políticamente sobre una base plenamente democrática, promover el bienestar general y asegurar para nosotros y nuestra posteridad el goce cabal de los derechos humanos, puesta nuestra confianza en Dios Todopoderoso…”.

 

Se comienza enfocando la mirada en el Dios Todopoderoso; y si vemos los símbolos patrios, el escudo tiene al cordero sobre la Biblia. Es Puerto Rico la Isla del Cordero y por consiguiente, buscar agradar al Altísimo tiene grandes y reales alcances.  

 

Las propuestas de Carmen Yulín abonan para vivificar el sentido cristiano de inclusión, equidad y mutuo respeto. En ese tono se logra más para dar luz a las conciencias.

 

Porque me enfoco en el Señor y no en hombres, veo que NO es imposible que cada cual desde su rol, logre agradar al Creador con sabiduría, honor, valor y amor. ¡Gracias a Carmen Yulín por enaltecer eso y más!

 

Carmen Yulín es Mujer Virtuosa; ¡merece el apoyo de sabios consejos y oraciones sinceras para que su humildad y capacidad de discernimiento sean siempre el factor de grandeza, y para que su testimonio siempre dé buena luz!

 

Puerto Rico entero mira hacia San Juan. Se pueden adelantar proyectos que impulsen mejor planificación para el progreso con buena calidad de vida, municipalización y la descentralización, y real democracia con participación de todos. Eso es más que los extremos ideológicos. En eso pueden armonizar todos, de todas las corrientes de pensamiento, en un gran cauce de vida. En cada alma hay un depósito y llamado divino, y lo mejor que define a uno es lo que uno vive sana y constrictivamente

 

Ahora más que nunca TODOS bendiciendo a Carmen Yulín, su equipo de trabajo y la base comunitaria que hace del pueblo, el principal protagonista de la nueva hazaña. ¡Así se hace Gran Ciudad-Capital y Gran Ciudad-Pueblo! Dios ilumine a todos.

 


 

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