El 29 de
marzo de 2015 es Domingo de Ramos. Muchos acuden al especial evento que
recuerda la historia de unas alabanzas que contrastan con los gritos del primer
Viernes Santo. Muchos contrastes son parte de las realidades de la existencia.
En la
parroquia La Milagrosa en la Calle Guadalupe de Ponce, ante casa llena en la
Misa de las 11:00 am, el párroco Socrate Laupe habló con serenas y didácticas
palabras; en el nivel de paz que inspira lo puramente reverente y espiritual.
En forma
educativa y de promoción del pensamiento profundo que propicia dar mejores
cauces a la vida, nos colocó ante el interesante punto de cómo en un tiempo Jesús
no quiso ser reconocido como Rey, pero en el final sí quiso ser reconocido como
Rey. Fue el Rey que enfrentó injusticias por un plan mayor.
Habló de
que hay quienes viajan en la Semana Mayor y lo ve bien, pero es importante que
piensen en lo que se espera de estos días. Habló también del acto de pedir
misericordia de Dios, tanto por parte de quienes han traicionado al Señor como
hizo Judas, como por parte de quienes han negado al Señor como hizo Pedro.
A la hora
de la verdad, al compartir todos la misma naturaleza humana con virtudes y
defectos, veo que a todos nos toca buscar crecer en vivir humildad, y en buscar
y dar misericordia. Hay que perseverar en la vida como sabia y victoriosa causa
de amor.
Bendigo a
todas las corrientes de fe, ya que todo lo mejor del ser humano nace y se
manifiesta desde la conciencia que todos somos hijos de Dios.
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