En Lunes Santo, se reflexiona sobre el pasaje bíblico en que Jesús expulsa
a los mercaderes del templo. Dice Mateo 21:12-14:
·
“Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó
fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de
los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; y les dijo: Escrito
está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva
de ladrones. Y vinieron a él en el templo ciegos y cojos, y los sanó”.
No todo lo que se dice ante congregaciones es inspirado por el Espíritu.
Afortunadamente no todo el liderato
religioso falla. Es importante la oración para que quienes estén ante las
congregaciones, NO se dañen, NO dañen y fomenten la plena abundancia de todos
en línea con la Palabra y la sana doctrina cristiana.
Es importante la oración para que
todo el que mire hacia lo alto en estos días, reciba su toque especial y
trascendente porque amar es ver lo que se puede ser más que lo que se es o se
aparenta ser. ¡Demos en la medida que deseamos recibir, haciendo todo día santo
ante el Señor que no está muerto, está Vivo y con Poder!
En tiempos retadores y atípicos,
que no sea una Semana Santa más. Que en esos días se superen los libretos y los
clichés. Que pasados esos días, nuevas formas de ver, pensar y obrar hablen de
cómo permitir y propiciar la acción divina en todo el ser.
Se habla de reflexión y
conversión, pero en realidad eso es un proceso constante y no de solo un
momento dado. Se habla de retiros y actividades, pero si se opta por las
demasiadas palabras o el factor elitista en vez del silencio para que el
testimonio de cambio hable, se daña, se pierde la obra en el interior y se
desperdicia el tiempo.
Bendigo a quienes se congregan
para que transmitan vivencia cristiana con amor y poder constructivo. Bendigo a
quienes no se congregan para que en donde estén tengan su encuentro divino y
logren la vivencia cristiana con amor y poder constructivo. Dios ilumine a
todos.
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