El 26 de noviembre de 2015, Día de
Acción de Gracias, fue un gran acierto ir a la panadería y repostería Sueño
Real/Ponciana en Villa Flores en Ponce, a comprar los alimentos para el compartir
en casa (con el entendimiento de que siguen ocurriendo milagros). Lo grande de
un almuerzo y/o cena de Acción de Gracias no está en el número de personas que
asiste o en lo suntuoso que se pueda presentar ante los ojos, sino en el nivel
de humildad y conciencia con que se eleva la mirada.
En Sueño Real en verdad son
artesanos de la cocina y el buen trato. Empresas Sueño Real es una hazaña
familiar que da testimonio de lo mucho que puede el amor con visión y sabia
perseverancia. Al bendecir a los propietarios, mi compañera de Clase
Mariangelis Bobet y su esposo, en acción extensiva a familiares y
colaboradores, reconozco que hacen patria y ejemplifican que se pueden generar
motivos de agradecimiento aun en tiempos retadores. Eso en sí es
revolucionario.
La verdadera Acción de Gracias crece
día a día, y todos los días. No es ritual o a veces, es estilo de vida. Es el
heroísmo que afirma lo bueno y lo digno, reconoce que la fe se define con
obras, no renuncia a los sueños bien fundados y a la perseverancia que es razón
de vida, sabe que consagrar todo es amar, genera motivos de gratitud y da vida
a la vida. Somos llamados a buscar ser bendecidos para bendecir. Dios ilumine a
todos en la vida como sabia, heroica y victoriosa causa de amor.
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