miércoles, 18 de noviembre de 2015

“Star Trek, Generations” confirma que mucho heroísmo ocurre en soledad.

La película “Star Trek, Generations” se presentó en 1994. El 18 de noviembre de 2015 se cumplen 21 años de esa película. Fue la primera película protagonizada por el elenco de “Star Trek, The Next Generation”.

La gran aportación de la serie “Star Trek, The Next Generation”, fue dar un espacio de continuidad  a la fórmula original comandada por el capitón James T. Kirk. Ambas series fueron creadas por Gen Roddenberry o presentan el proceso natural de cambio, evolución y unificadora transición generacional.
                       
Objetivamente, el gran éxito de “Star Trek, Generations” se debió a la presencia de tres personajes de la serie original (un clásico, una leyenda viviente): James T. Kirk, Chekov y Scotty.  La película fue dirigida por David Carson, producida por Rick Berman, y el guión fue hecho por Rick Berman, Ronald D. Moore y Brannon Braga.
                                       
Han pasado años desde la presentación de la película, y sigo viendo que la muerte de James T. Kirk se presentó en forma inadecuada y fue negativo recurrir a la muerte de un personaje icónico para tratar de lograr el avance de nuevas generaciones.
                                          
Es cierto que la muerte es parte natural de la vida y los senderos de fe coinciden en que la muerte no es un final, sino un principio. Sin embargo, eso no se logró en la película. No obstante, hay algo aleccionador e inspirador:

James T. Kirk (interpretado por William Shatner) hace el último sacrificio heroico para salvar a muchos, en soledad, aún con cierto apoyo del capitán Jean-Luc Picard (interpretado por Patrick Stewart). Mucho heroísmo ocurre en soledad.

Si comenzamos desde la fe, Jesús enseña a orar en el lugar secreto (Ver San Mateo 6:6), lo que hace de la real oración, ese campo de suprema batalla en soledad, en que solo está la conciencia ante el Señor. Hay otros ejemplos de batallas en soledad, como, sin limitarse a, los siguientes:

·         La madre soltera que logra siempre el buen rostro que da paz a sus seres queridos.

·         El padre de familia que logra que no falte el sustento, enfrenta retos y al mismo tiempo, logra decirle a la familia que todo está bien.

·         Los padres que aún ante la complejidad de la existencia, logran sacar tiempo para dar forma a los recuerdos familiares que hacen las mayores lecciones.

·         Los niños que no crecen demasiado rápido y se permiten vivir cada etapa en el buen orden y sanamente, sin dejarse llevar por las corrientes del montón.

·         Quienes desde la edad dorada, dan testimonio de que nunca es demasiado tarde, sin temor al corillo de burlas que discrimina por edad como nunca envejeciera.

·         Los estudiantes que dedicas tiempo a los estudios mientras otros toman otros caminos quizás placenteros en lo inmediato, pero menos duraderos.

·         Las almas valientes que no se rinden ante el “moobing” (acoso laboral) y el “bullying” (abuso) y saben decir no al mal y a la corrupción para perseverar en lo digno y correcto, aunque se encuentren aparentemente en soledad.

·         Los corazones que cercen y buscan fructificar en el inenarrable amor de verdad, aunque no siempre reciben la comprensión cabal.

·         Las conciencias libres que no temen a creer en Dios y buscan agradarle y honrarle, ayudar al enfermo y necesitado, vivificar la fe con obras y cumplir promesas, que hagan de cada testimonio y bendición un motivo de luz en el mundo.

·         Quienes asumen responsabilidades de liderato sin dejarse tentar por la tendencia de trivializar, despechar todo con libretos memorizados y olvidar el llamado a honrar en el buen servicio al Supremo origen de todo bien.

Mucho heroísmo ocurre en soledad. No todos comprenden y nadie está exento de retos, traiciones, abandono, luchas y pruebas. No obstante, se puede superar hasta el guión defectuoso de ideas estereotipadas, tal como lo logró James T. Kirk, que ha inspirado crónicas  en que resurge tras el final de la mencionada película, y ha seguido inspirando historias de renacer y nuevas jornadas. Es como he escrito:

“Ser ‘cristiano’ no es religión, un género musical o una marca comercial. Ser ‘cristiano’ no es ser perfecto o inmune a lo que afecta al mundo. Ser ‘cristiano’ es ser creyente; lo que infunde una naturaleza revolucionaria al palpitar, al ver, creer, pensar y hacer”.

¡Adelante! ¡Pa’lante con fe, visión, amor, valor y honor! El heroísmo real vive, no es imposible, y en el Señor la soledad no es absoluta, sino prólogo. ¡Adelante! Tiene que ser real el heroísmo humilde, efectivo y  triunfante. Dios ilumine a todos.













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