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“Vamos a mirar al porvenir. El porvenir
del Partido Popular Democrático está en el servicio a Puerto Rico; en alcanzar
las metas de excelencia en la educación que Muñoz trazó parta el país; en
lograr servicios de calidad en la salud, adecuados para todos los
puertorriqueños; en continuar nuestros esfuerzos incansables por que cada
familia puertorriqueña tenga su hogar propio; en evitar que las ciudades se
conviertan en moles de concreto, en almacenes de seres humanos; en propiciar la
buena convivencia; en alentar la tolerancia; en fortalecer las virtudes que
hacen del puertorriqueño un ser noble y distinto a otros seres de la Tierra; en
poner en manos del agricultor los instrumentos para hacer producir su tierra;
en alentar al capital puertorriqueño para que invierta aquí, para crear empleos
para promover el bienestar general.
El porvenir del
Partido Popular Democrático está en lograr de nuevo la fundamental unidad de
nuestro pueblo, que le permitió en décadas pasadas, lograr los avances que
captaron la atención del mundo entero”. --Miguel Hernández Agosto
El 18 de marzo de 2016 ha sido noticia el fallecimiento de Miguel Hernández Agosto. Ante eso, tuve
recuerdos. Entre esos:
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Mi primer recuerdo de Hernández Agosto
se remonta a la campaña política de 1980. Aunque no tenía edad para votar,
reconocía que don Miguel daba discursos con gran energía y convicción. Fue el
año de la muerte de Luis Muñoz Marín y el liderato del Partido Popular
Democrático (PPD) tuvo el gran deber de dar continuidad a la causa de la Patria-Pueblo.
Don Miguel se ganó su posición por una trayectoria de vocación, servicio y
crecimiento paso a paso.
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Los resultados de las elecciones de 1980
fueron de victoria para el pueblo con el PPD, pero los resultados para la
Gobernación siempre quedaron en entredicho. El cuatrienio de 1981-84 fue de gobierno
compartido y Hernández Agosto brilló en la investigación senatorial que
descubrió la verdad de los asesinatos en el cerro Maravilla (verdad que acentuó
que los extremos ideológicos nada bueno aportan y que el país necesitaba
restaurar la paz).
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Los resultados de triunfos Populares de
1984 y 1988 aseguraron gran estabilidad para Puerto Rico. Hubo logros en
progreso económico, creación de empleos, mejoramiento en la calidad de vida en
todos los sentidos y en conjunto, ejemplifican que el gran crecimiento del Estado
Libre Asociado (ELA) se logra en los adelantos cotidianos que son bendición
para el pueblo. La participación de don Miguel en la primaria demócrata confirmó
que estadolibristas, autonomistas y soberanistas pueden coincidir en la búsqueda
del perfeccionamiento de la unión permanente de Puerto Rico con Estados Unidos. Hernández
Agosto se destacó en la celebración del Quinto Centenario del Descubrimiento
(muestra de la nueva pujanza de la Isla en la internacionalización) y en los
cuatrienios de 1985-1988 y 1989-1992, formó el gran triunvirato de él como
Presidente del Senado, José Ronaldo “Rony” Jarabo como Presiente de la Cámara de
Representantes y Rafael Hernández Colón como Gobernador y líder máximo del
Partido y de Puerto Rico; triunvirato que le brindó al país la certeza de que
había dirección y claridad en el buen camino.
Más allá de las
posiciones electivas, Miguel Hernández Agosto supo desarrollar lo que siempre
fue su norte: el sentido cristiano que ilumina caminos. Los buenos recuerdos y lecciones
de generación a generación inmortalizan, y las buenas causas siguen. Gozo eterno
para Miguel, paz para su familia, y sabiduría
para todos.
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“Yo vengo a decirles que yo no vengo
desesperanzado. Vengo aquí con esperanza. No tener esperanza, sería negar la
fecunda vida de Luis Muñoz Marín. No tener esperanza equivaldría a no haber
entendido su palabra, a no haber comprendido su visión, a no haberlo conocido.
Yo soy de la
generación que se forjó al amparo de la obra y de la enseñanza de Luis Muñoz
Marín. Yo le escuché y le seguí de niño. Yo lo recuerdo caminar por campos y
pueblos; a paso rápido, con mirada penetrante, con sencillez de palabra, con
profundo calor humano en el trato.
Yo recuerdo a Luis
Muñoz Marín entregar parcelas, abrir fábricas, inaugurar escuelas, acueductos y
carreteras. Yo recuerdo a Luis Muñoz Marín abrir las puertas de la Universidad
para todos los puertorriqueños. Yo recuerdo a Luis Muñoz Marín expresar su afán
por la educación para que no hubiesen niños sin escuelas ni escuelas sin un día
completo de enseñanza. Yo recuerdo a Luis Muñoz Marín luchar por mejores
servicios de salud, más médicos, más medicinas. Yo lo recuerdo en su empeño de
que cada puertorriqueño tuviese una vivienda. Yo lo recuerdo en ese registro de
conciencia que precede a la solución de disyuntivas.
Retumban en el oído
sus palabras: Yo le puedo servir a Puerto Rico en la acción, y le puedo servir
en mantenerme fuera de la acción. Repito: Yo soy de la generación que Muñoz
cuajó con su pensamiento; que él enseñó a servirle a Puerto Rico con profundo
amor y con desprendimiento”. --Miguel
Hernández Agosto
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“Aquí estaré siempre, sirviéndole al
país como la vocación de mi vida, y sirviéndole a mi Partido porque mi Partido
le sirve al país”. --Miguel Hernández
Agosto
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“De mí les digo, solo tengo una
vocación, solo he tenido una vocación: la vocación de servir a Puerto Rico. Y
todo servicio, es honra. El que presté ayer, el que preste hoy, el que preste
mañana, cualquiera que sea, me honra a mí en la dedicación de mi vida al pueblo
de Puerto Rico”. --Miguel Hernández
Agosto
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“¿Qué es ideal? Ideal es toda cosa de
bien por la cual se trabaja y se lucha desinteresadamente; ideal es toda cosa
de bien que se concibe en el espíritu, se proyecta hacia el porvenir y recluta
toda la fuerza del alma para que se logre; es toda cosa de bien que incluye la
seguridad de una madre de que sus hijos no van a pasar hambre, y que incluye la
paz en el corazón, y que incluye el techo que cobija al ser humano a su paso
por el misterio de la vida.
Ideal es todo
propósito de bien, que incluye la honda satisfacción de hacer cosas creadoras
con humildad y con fuerza de espíritu, y que incluye el vaso de leche que
fortifica la salud del niño y la serenidad de quien trata de actuar con
justicia y actúa siempre sin pequeñez y sin odio. Ideal es todo propósito de
bien que incluye el pan que no le falte al jornalero después de la oración, que
es su trabajo sobre la tierra, y que incluye el pedacito de tierra que no se
ejecuta y arrebata al labriego. Ideal es
toda cosa de bien, ya sea el alivio del dolor del cuerpo por la ciencia médica
o el alivio del dolor del alma por la buena religión”. --Luis Muñoz Marín
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