lunes, 14 de marzo de 2016

La diferencia de edad no es obstáculo al verdadero amor.

Hay quienes sostienen que no funcionan las relaciones de pareja en que hay una  diferencia de edad. Hay casos en que eso ocurre al buscarse unos beneficios y unas experiencias sin pensar en el alma con quien se comparte una especial etapa de vida, o al darse unas diferencias irreconciliables de expectativas, perspectivas y realidades. Existe la expresión de “si se fija en mí con mi edad, es porque busca mi dinero”. Hay veces que la relación no funciona por incompatibilidad o hasta retos de salud y escasez (si en matrimonios tradicionales puede haber divorcio por tentaciones o por una mala racha, cuando hay diferencias de edad los tiempos duros son más marcados). El tema es complejo, cada caso es único y no aspiro a ver cada detalle en este texto.

Hay casos de la persona que desea que le acompañe alguien con “experiencia”, en vez de preguntarse si tiene correctamente definido lo de experiencia y plantearse que procede mejor crear nuevas y constructivas experiencias. Hay casos en que el hombre se siente triste y demasiado mayor para comenzar a criar bebés de la mujer que alienta sueños; y hay casos en que la mujer se siente triste por ya no poder dar hijos al joven con bríos. Hay casos en que ambos se quieren y desean mutuamente, pero les afecta el qué dirán y las presiones de quienes nada aportan.

No obstante, hay casos admirables en que sí funciona la relación y la diferencia que conlleva diferencias de formaciones y estilos, cede ante lo realmente importante. Son casos en que el amor crece en el apoyo mutuo, la debida comprensión y la sabiduría de buscar lo salomónico ante las expectativas, perspectivas y realidades. Son los casos en que se descubre que la verdadera madurez se enfoca en darse oportunidades y lograr soluciones juntos, sin caer en maltratos y en negarse el presente que pueden disfrutar y el futuro que pueden forjar.

A la hora de la verdad, el tiempo pasa rápido en la efímera existencia y al compartir todos una misma naturaleza humana, procede ser humildes y desarrollar amplia, abarcadora y sabia empatía. Es buscar que con amor reinen nuevos paradigmas. Que ese triunfo del amor confirme que se puede superar estereotipos, no caer en utilizar a la pareja, no dejarse tentar por lo incorrecto, el fatalismo y la soberbia, buscar revolucionar cada etapa de vida –con temas de salud y desafíos cotidianos-- en la ruta fuera de lo tradicional, y sobre todo, buscar dar nuevos brillos a cada día.    

Seamos sinceros El proceso de envejecimiento comienza desde el proceso de nacer, por lo que las parejas con diferencia de edad tienen la oportunidad de crear historias poderosas que superen los casos en que ocurre egocentrismo, crueldad o se privan de manifestar lo que mejor fructifica y define al ser humano. Es cierto que por el ciclo de la vida, no es eterna la idea del amor como luna de miel; pero no es menos cierto que a poder abrir los ojos a los días difíciles con quien compartir el aliento de fe y palpitar sin soledad, es glorioso. Es más que edad, es uno mismo. Cuando notemos que hay demasiados casos de fracaso y frustración, busquemos marcar la diferencia que confirme que puede haber casos victoriosos en perfecta complementación, y rutas de paz cuando el llamado es a tomar rumbos diferentes. Eso es real heroísmo. Adelante…  

·         “La edad no importa, ni para vivir plenamente, ni para sentirse joven, ni para luchar día a día por nuestros ideales, mucho menos importa para AMAR”. --Izrael De la Roza

·         “Sueños son renovables. No importa cuál es nuestra edad o condición, siempre hay inexploradas posibilidades dentro nuestro y nueva belleza esperando nacer”. --Dale Turner

·         “Al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años”. --Abraham Lincoln








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