miércoles, 9 de noviembre de 2016

Algunas anotaciones sobre el resultado electoral del 2016 en Puerto Rico.

El 8 de noviembre de 2016, los electores acudieron a votar en Puerto Rico. Cada evento electoral es único y eso fue acentuado en el 2016 con realidades como una crisis económica y una deuda que justificó la existencia de una Junta de Control Fiscal.

La realidad de la Junta surgió por una deuda causada por malas prácticas administrativas, no por el ELA. Pretender culpar al Estado Libre Asociado (ELA) por la crisis económica y buscar la destrucción de tan buen sistema democrático-constitucional en base a manipular ese tema, es tan irracional, como si en un hogar se pretendiese demoler la casa propia que tanto requirió levantar y edificar, por las fallas administrativas del jefe o la jefa de familia. Aun así, procede ver lo siguiente: Si alguien comienza a tomar préstamos sin control, llegará un momento dado en que el banco le dirá que no le puede prestar. Desde ese ejemplo, en la medida que se dejó caer a la Isla en el de endeudamiento que originó a la Junta, la gran pregunta es: ¿quiénes salen ganando con eso?
Desde esa base, veamos unas anotaciones:
                                 
1.    Laboré como funcionario de colegio y todo marchó bien. La armonía entre funcionarios debería caracterizar al rumbo del país como pueblo unido. Bendigo a todos los funcionarios que estuvimos ahí. En donde hubo filas es por el tiempo que tomaba la maquina en procesar cada papeleta, pero es muy superior al sistema anterior manual en que hasta la madrugada no se conocía un resultado. En verdad el voto manual y escrutinio electrónico fue un éxito.

2.    En el proceso de votación, hubo electores que dañaban papeletas al votar por candidaturas por más de los candidatos a que tenían derecho (particularmente en la papeleta legislativa). Hubo casos en que electores que apoyaban a todos los candidatos de un partido, en vez de votar íntegro, votaban por cada candidato y dañaban la papeleta. Eso confirmó que se desarrolló una campaña en contra del voto íntegro en un nivel tan irresponsable, que confundió y desvirtuó mucho.  

3.    Grande es la gratitud al doctor David Bernier, e insaldable la deuda histórica y de conciencia con él, por haber aceptado ser candidato a la Gobernación por el Partido Popular Democrático (PPD) en las condiciones más adversas en vez de guardarse para el 2020. Hay un líder,  pero cometió errores. Algunos de los errores son:

·      Abandonar el estilo diplomático para optar por el estilo impositivo.

·         Abandonar la defensa del ELA y tomar la ruta de izquierda, en vez del camino unificador que en el centro hizo realidad las mayores conquistas con el ELA.

·         Abandonar al PPD para enfocarse solo en Bernier y no en el voto íntegro. No se educó sobre el significado del voto íntegro y se constituyó Bernier en un candidato independiente en la columna del PPD. Hubo momentos en que hasta proyectó aversión al PPD. Muchos votaron por el PPD por lealtad a la institución aun estando en desacuerdo con ciertas posturas de Bernier; el Partido superó al candidato.

·         El cambio de insignia como símbolo de abandonar la base histórica en vez de retornar a lo enseñado por Luis Muñoz Marín. Lo más que se necesita no es transformación, es restauración.

·         El fomento del discrimen por edad fue doloroso y evidente.

·         La sobreutilización de Alexandra Fuentes con la idea de eliminar la Oficina de Primera Dama en vez de presentarse como mujer para perfeccionar ese rol (tomando en cuenta el brillante trabajo que ha hecho Wilma Pastrana; y/o recordando la obra y vocación de Inés Mendoza de Muñoz Marín y Lila Mayoral de Hernández Colón).

·         Las estadísticas electorales y la calle apuntan a que la mayoría de los electores que abandonan al PPD emigran hacia el PNP; entender motivos y buscar atraer a esos electores de regreso al PPD es algo que no se hizo.

·         Cuando se pudo haber ganado, el golpe de la derrota es más fuerte. Tomar las lecciones de las  elecciones para crecer y mejorar, es el gran llamado. Lo más que se necesita para lograr eso, es humildad en vez de arrogancia y soberbia, inclusión en vez de exclusión.

4.    En el PPD y el PNP, los candidatos a Comisionado Residente fueron mejor favorecidos que los candidatos a Gobernador. En lo simplista, podría culpar a las candidaturas independientes a la Gobernación de Alexandra Lúgaro y Manuel Cidre por la derrota de Bernier, pero no sería lo más justo ni lo más correcto. Considero que de no haber estado Lúgaro y Cidre, muchos de esos electores hubiesen buscado alternativas diferentes a Bernier o no hubiesen votado.

5.    Poco antes de las 9:00 pm en la noche del 8 de noviembre, la página de la Comisión Estatal de Elecciones presentó, con el 94.2% de colegios reportados, una participación de 55.16%. El porcentaje de abstención electoral superó al porcentaje acumulado por los candidatos independientes a la Gobernación. En un país que la participación superaba el 80%, la notable abstención electoral es un mensaje fuerte y contundente con múltiples causas que hay que explorar. En mi análisis, se lo adjudico más a la emigración y a electores decepcionados y contrariados.

6.    ¿Cuántos de los que votaron por Cidre y Lúgago y abstenidos, fueron personas que apoyaron a Pierluisi en la primaria del PNP para la Gobernación y que hubiesen ampliado la ventaja de Rosselló? Esa es una inquietante pregunta.

7.    En las elecciones generales se decide sobre las posiciones de Gobernación, Comisaría Residente, legisladores, alcaldes y legisladores municipales, no sobre fórmulas de status político. El tema del status político se atiende en proceso aparte y para que sea válido, requiere diálogo y consenso. Por ende, el que Ricardo Rosselló y/o Carmen Yulín (Alcaldesa de San Juan), Jennifer González (Comisionada Residente) o legisladores con marcadas tendencias ideológicas en ambos partidos principales, expresen alguna interpretación como un mandato a favor de tal o cual fórmula de status, sería un error y una injusticia hacia quienes votaron a favor de buscar mejores formas de gobierno superando lo ideológico.

8.    El PPD obtuvo el control de la mayoría de las alcaldías. El nivel de gobierno más cercano al pueblo es el nivel municipal. Por ende, ahora más que nunca hay unas raíces que requieren ser abonadas, y tiene poderosa vigencia el mensaje de Luis Muñoz Marín y de Rafael Hernández Colón; regresando a esa base forjadora es que se valida y potencia para el PPD que “¡Somos el Partido de la Esperanza!”. Me recuerda palabras de Hernández Colón al regresar a presidir el PPD en 1981:

·         “Será nuestra voluntad cumplir nuestros compromisos programáticos en toda la medida del poder que tenemos en nuestras manos. ¡Ahora es que vamos! Será nuestra voluntad proveer un servicio y una administración de integridad y de excelencia en todos los municipios Populares. ¡Ahora es que vamos!”

Si partimos del análisis desde mandato electoral dado en el 2012, es ineludible reconocer que los desaciertos dados por la administración García Padilla abonaron a un resultado electoral que fue anticipado por las encuestas. Se puede aplicar lo que dijo Muñoz Marín ante la derrota del 1968, de que hubo un “estacazo pedagógico”.  

En términos del estilo de campaña, lo mejor de Lúgaro, Cidre y Vargas Vidot (quien prevaleció en el Senado en forma independiente) es que se puede echar pa’lante sin medios costosísimos. No es nuevo, ya que con ese estilo, Muñoz Marín con brillantes colaboradores y esencia de pueblo, fundó al PPD. Se confirmó así que en el siglo 21 se validó el estilo de Muñoz y de los etiquetados como “estucados”.

Hay taller para restaurar en la buena zapata del PPD del perfil de la puertorriqueñidad y Pan, Tierra, Libertad, y para fomentar lo que históricamente realizaba los grandes logros con el ELA. Para todos, hay taller para hacer y consagrar patria.
           
·            La patria tiene el paisaje que amamos, sus colores y las estaciones, el olor de su tierra que humedece su lluvia, la voz de sus aguas de quebrada (la de mar es más como la de todas las patrias que dan al mar); sus frutos y canciones y formas de trabajo y de fiesta; sus platos de celebración y los austeros y socorridos con que afronta el sustento de todos los días; sus flores y hondonadas y veredas –pero, por sobre todo, su gente: el pueblo, la vida, el tono, las costumbres, las maneras de entender, de hacer, de llevarse unos con otros. Sin eso, la patria es nombre, o abstracción, o a lo sumo, paisaje. Con la gente, es patria-pueblo. Por eso digo que quienes profesan amar la patria y desprecian al pueblo sufren un grave enredo de espíritu. Lo sufren –y no debemos suponer que sea de perversidad o mala fe– quienes con palabra o por implicación de sus acciones dicen, ‘¡que se salve la patria aunque se hunda el pueblo!’ El cariño ha de ser a la patria entera, a la patria-pueblo. ¿Cómo no lo hemos de sentir? ¿Y quién puede decir que hace daño sentirlo? Es grato al espíritu y es enaltecedor sentir ese cariño. De lo que tenemos que resguardarnos en el mundo en que vivimos es de confundir el amor a la patria-pueblo con el concepto fútil de pequeño e ingenuo estado nacional. No hay mandamiento de ley divina o humana que diga que las patrias tienen que estar aisladas, ser suspicaces, vanidosas y cerreras, máquinas generadoras de la desconfianza y del odio entre los seres que pueblan la ancha igualdad que hizo el Señor sobre la tierra”. –Luis Muñoz Marín







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