El 2013 presentó problemas y retos, pero no todo fue
malo. Es bueno y
recomendable superar supersticiones y estereotipos, y reconocer avances como
más entendimiento sobre la equidad y el apoyo a nuestros artistas.
Es cierto
que en la Isla del Cordero hay serios desafíos, pero es cierto también que no
faltan alentadores testimonios de visión, consagrada realización, respeto y
valor. El país se va salvando día a día desde la
decisión de cada alma de aportar a la paz y la armonía;
en tiempos en que aún ante serios retos, el país va creciendo en su capacidad
de creatividad y perseverancia.
El hecho de que los chinos vean al número 13 como “afortunado”, nos debe
motivar a ver que no es imposible redefinir y perfeccionar. Recordemos que en la
última cena, el número 13 lo representa Jesús: Maestro, Revolucionario,
Resucitado, Redentor.
Para al 2014, que lo
positivo desarrollado en el 2013, incluyendo la voluntad que se afirmó ante
adversidades, comience a dar buenos frutos. Fe en sabia acción es Amor con
Revolucionario Poder. Todo lo mejor
del ser humano nace y se manifiesta desde la conciencia de que todos somos
hijos de Dios. Dios ilumine a todos.
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