sábado, 14 de diciembre de 2013

¡Cuidado con la siembra financiera!

¿Cuántos de los que ofrendaron en el video pueden dar testimonio de prosperidad milagrosa consagrada a hacer el bien y dar la mano al prójimo? La escasez o ausencia de testimonios dice mucho y grita en forma ensordecedora.

El principio de siembra financiera es bíblico y santo; la tergiversación y manipulación del mismo es todo lo contrario. Como agravante, se corrompe también lo de “música sacra” para crear un ambiente para promover el mensaje equivocado.

Veo que condicionar la bendición a una siembra financiera, es engañar y robar; en la misma forma que fomentar el culto a la pobreza para buscar beneficios del conformismo, es destructivo de valores y de la voluntad de superación.

NO veo mal aspirar a la sobreabundancia (comprendiendo que el concepto abundancia es relativo porque para cada alma, la abundancia que le llene será algo particular). La gran pregunta es: ¿Para qué ser prosperado?

No es lo mismo buscar abundancia para satisfacer placeres en forma desordenada, que para vivificar el más puro y consagrado amor. No es lo mismo buscar abundancia para mera imagen o dañar, o para satisfacer un enloquecido consumo, que buscar ser bendecido para bendecir.

Es importante la oración para que quienes estén ante las congregaciones, NO se dañen, NO dañen y fomenten la plena abundancia de todos en línea con la Palabra y la sana doctrina cristiana.

Jesús dijo que vino para que tengamos vida en abundancia en una forma que incluye lo material y no solo lo espiritual (Ver San Juan 10:10); también alertó sobre los falsos profetas (Ver San Mateo 7:15-20). Además, en San Mateo 25:30-45 vemos que dijo:

·         “Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera: allí será el lloro y el crujir de dientes. Y cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria. Y serán reunidas delante de él todas las gentes: y los apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a la izquierda. Entonces el Rey dirá a los que estarán a su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui huésped, y me recogisteis; Desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; estuve en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos? ¿ó sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos huésped, y te recogimos? ¿ó desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos á ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los que estarán a la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y para sus ángeles: Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; Fui huésped, y no me recogisteis; desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, ó sediento, ó huésped, ó desnudo, ó enfermo, ó en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá, diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos pequeñitos, ni a mí lo hicisteis.

Se confirma así que hay que separar al grano de la paja, que la fe sin obras está muerta y que NO hay Presencia real de paz y plena bendición, en lo que se busca por medio de desmedido enfoque en dinero, en manipular y juzgar a los demás, o en desvirtuar lo de “música cristiana”. Al fallar el liderato religioso (afortunadamente no todos), lo más esperanzador está en la medida que las almas busquen su propio y sano desarrollo espiritual (en lo genuino de eso, Dios se manifiesta porque Él usa los medios que Él desea para responder y obrar). Busquemos en todo, agradar al Señor de verdad; en una ruta de constructiva dignidad y en la vida como causa de amor.



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